“La soledad de los huesos” de Alfredo Lichter. Crítica.

Desde Ohio a Tierra del Fuego. Inspirada por una obra literaria.

Luego de su cuantioso recorrido por los diferentes festivales internacionales de cine y su paso por las salas del cine Gaumont. El documental de Alfredo Lichter, que narra la vida de la bióloga estadounidense, Natalie Goodall en Tierra del Fuego, estará disponible a partir del 2 de septiembre y durante 4 semanas en la plataforma de Cine.ar Estrenos.

A principios de la década de los años sesenta, Natalie Goodall nacida en Lexington, Ohio, Estados Unidos, colisionó con la famosa obra literaria “El último confín de la tierra”, escrito en 1948 por Lucas Bridges, en el que relata sus experiencias junto a las comunidades originarias  de Tierra del Fuego. Es entonces, en donde la vida de la protagonista cambia para siempre.

La joven inmigrante estadounidense, toma la decisión repentina de irse a vivir al mencionado archipiélago, del extremo sur del continente sudamericano, finalizando una vida para comenzar una nueva. Orientada por aquel libro que cayó en sus manos, casi de casualidad.

El inicio del film, se da en blanco y negro y con la voz en off de Gustavo Garzón, que relata los primeros pasos de Natalie en la ciudad del fin del mundo. Mientras se observa el andar de una camioneta por calles de tierra, que se encuentran delimitadas por una  gran cantidad árboles. A continuación, la imagen se vuelve en colores, para reflejar imponentes panorámicas del lugar, acompañadas por el extraordinario sonido de la naturaleza.

De esta manera, se exhibe aquella historia construida inicialmente por Bridges, que se traslada a manos de Natalie, quién sin tener conocimiento certero de esta tierra, decide continuar con la tradición, instalándose y formando una familia en este desolado espacio territorial, pero de increíbles paisajes.

El documental transcurre entre imágenes, que exponen la belleza de mares y montañas, que soportan el clima extremo de este particular sector geográfico. Guiado por una cámara, que refleja la perfección en cada una de las imágenes, sin interferir en el relato cautivador de la historia. Además de la voz en off, se exponen diferentes comentarios de personas, que estuvieron cerca de Natalie, destacando la generosidad de la bióloga, a la hora de ofrecer sus conocimientos, entre los que se acentúa el testimonio de su hija Abby, quien relata su infancia y la relación con su madre.

Es así, que en la actualidad, esas playas, que fueron testigos de las investigaciones científicas de Natalie, preservan un enorme museo. Ubicado en la estancia Harberton, al margen oeste del canal Beagle, en donde se puede observar un considerable número de huesos de delfines y ballenas, como su exhibición principal.

En suma, esas tierras en donde todo parece transcurrir con lentitud, son quienes atesoran las experiencias de vida, de una persona que casi sin buscarlo, se convirtió en una referente internacional para los investigadores biólogos, trasmitiendo y depositando el legado de su profunda facultad en la materia.

Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música

Un libro inspiró a Natalie Goodall a viajar desde los Estados Unidos a Tierra del Fuego. Allí, inició una vida en soledad y además de formar una familia, se adentró en la investigación bilógica y en la recolección de huesos de ballenas y delfines.

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