Recién finalizado el rodaje de “Ex Casados”, Cine Argentino Hoy conversó con la protagonista Jorgelina Aruzzi. La actriz nos contó de su personaje, la buena química que tuvo con Roberto Moldavsky, y respondió sin tapujos qué opina sobre el machismo y el feminismo: cuestiones que aborda la película.
-Finalizó el rodaje de “Ex Casados”, ¿Cuánto duró todo el proceso de filmación?
-Hicimos una semana pre-pandemia, cerramos, y volvimos con cuatro semanas más, a full: grabamos hasta los sábados. También tuvimos que organizarnos porque cuando surge la idea de retomar la película, todos estábamos con otros laburos; queríamos hacerla pero habíamos adquirido otros compromisos. Yo estoy con “Los protectores” y tenía Telefe a la mañana con Flor Peña. Así que todos hicimos un gran sacrificio para terminar la película.
-¿Cómo te sentiste trabajando con Roberto, acompañarlo en su debut cinematográfico?
-Roberto (Moldavsky) es una persona muy graciosa. Muy buena persona, compañero. La pasé genial. Nos reímos como si nos conociéramos de siempre y si bien fue su debut como actor, él es una persona muy abierta y expresiva. Sabrina (Farji) lo llevó muy bien y el personaje está a la medida de Roberto. Entonces se hizo bastante fácil y no sentí nunca que fuera lo primero que él hacía como actor; me sentí muy acompañada también.
-¿Te gustaría volver a trabajar con Roberto?
-Sí, me encantaría. Nosotros habíamos tenido un encuentro en un piloto llamado “La bobe”, que estaba Gustavo Bermúdez como productor y no se pudo dar; pero en esta película se dio y nos encanta reírnos.
– Contame de Sonia, tu personaje en “Ex Casados”.
-Todos estamos educados bajo una educación patriarcal y machista. Todos queremos hacer las cosas bien y ser feministas, pero la pifiamos porque no hay un conocimiento de lo que es el micro-machismo en las escuelas, en las parejas, en las notas… la presión sobre la mujer con la edad, sobre tener un pareja. Y lo que intenta mostrar la película es que si bien se trata de una pareja que se divorcia porque los dos tienen miradas diferentes: Roberto (Roberto Moldavsky) tiene una mirada muy machista de las mujeres, y Sonia se está empoderando y empieza a ver las cosas de otra manera; se trata de mostrar cómo Roberto cambia su postura hacia un lugar un poco más copado, porque el amor está; y también cómo ella acepta algunas cosas de él. Pero sí, la película habla de estereotipos y de modificar una mirada que tenemos sobre las mujeres y la pareja.
-¿Cuándo empieza a empoderarse Sonia?
-Ella cambió su forma de mirar y de percibirse. Es una mujer que fue educada en la sumisión como muchas, y que se hizo a la sombra de él. Roberto es publicista y ella es fotógrafa profesional y él le dice “curso de fotografía”. A veces verlo lleva su proceso. Ella cuando vuelve con él, ya está viendo cosas que antes no veía y tiene una posición muy firme con respecto a eso.
-¿Qué pasa con tu personaje cuando se reencuentra con su ex?
-Yo me reencuentro con el mismo hombre, pero en el viaje que hacemos y que me toca cuidarlo, soy escuchada. Eso hace que se modifique nuestra relación y que pueda pasar en limpio lo que me pasaba con él. Hay un libro, “La masculinidad tóxica”, que dice que el pez se da cuenta que vive en el agua cuando lo sacan de allí. Y me parece que eso es lo que pasa con el machismo, incluso en los chistes; tuvimos que cambiar algunos. Todos estábamos con el ojo puesto en no equivocarnos, porque el contenido de la película pasaba por otro lado, por querer contar algo.
-Además en estos momentos hay que ser muy cuidadoso con la forma de hacer humor…
–Para mí todo chiste tiene una ideología, nos podemos reír y hacer chistes de lo queramos con amigos; pero cuando uno tiene un rol un poco más masivo, me parece que tiene que importarnos lo que decimos. Yo estoy con los botines puestos con eso, no me da gracia hacer un chiste machista.
-¿Crees que el que haya sido una directora mujer, incidió en la forma de tratar temas como el machismo o el feminismo?
-Para mí el machismo no distingue género. Podes ser una mujer muy machista o una mujer con intenciones feministas y pifiarla también. Sabrina es una gran directora, tuvimos mucho diálogo para no pifiarla y hacer una película con perspectiva de género, porque si no se vuelve filosa al ser un machista tan carismático y gracioso como Roberto. Entonces, hubo mucho diálogo para que quedara subrayado de qué lado estábamos contando la película. Para mí cuando te escuchan es genial, porque tal vez en otros proyectos lo marcas y no te escuchan.
-Vos fuiste parte de “100 días para enamorarse” que trataba cuestiones de género, y ahora la película aborda sobre el feminismo, el machismo y los estereotipos, y está bueno que las ficciones traten estos temas porque ayudan a concientizar…
-Sí, totalmente porque fíjate que nosotrxs somos hijas del cuento de “La bella y la bestia”, que es una bella que se enamora de una bestia para transformarlo en alguien lindo. Se banca el maltrato y estar esclava para transformar el amor romántico.
-Te llevo a la realidad actual. Una de las banderas del colectivo feminista es la lucha por la ley del aborto legal. ¿Cuál es tu opinión?
-Yo estoy a favor que el aborto no sea clandestino. Porque las mujeres abortan, es una realidad. Me parece que es un gran tema de salud pública para hablar, y estaría buenísimo que los diputados y los senadores estén a la altura de las circunstancias, porque uno escucha los debates y vas conociendo qué senadores y diputados nos representan.
-Todavía existe mucha diversidad de opinión sobre este tema…
-Creo que falta mucho, por ahí no sea este año. Ojalá que sí. Pero yo creo en hablar el tema, en respetar la opinión. Quedar embarazada es algo que tiene muchas circunstancias, uno no puede cerrarse a ello, pero bueno, el cuerpo es el último bastión de la lucha de la mujer. Ser dueñas de nuestro propio cuerpo.
-Por último, ¿en tu vida personal te sentís una mujer empoderada?
-Yo creo que sí, pero bueno, como a todos me falta cambiar cosas, prejuicios… y bueno, uno va luchando pero también vas conociendo otras mujeres y varones diferentes. Por suerte se abrió y mi hija tiene otra cabeza, y me parece que con las generaciones se va modificando hacia algo bueno.