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Israel Adrián Caetano: “No es lo mismo que te hagan bullying por ser pobre que por millonario”.

Conversamos con el guionista y director de cine y televisión uruguayo, Israel Adrián Caetano, mientras se palpita el estreno de “Togo” el próximo 5 de octubre. La primera película de Netflix hecha en Uruguay.

A pocos días de estrenarse “Togo”, por la plataforma de Netflix, dialogamos con Israel Adrián Caetano, guionista y director de la película. Desde una mirada reflexiva, el reconocido cineasta uruguayo profundiza sobre los prejuicios de las clases altas y bajas y explica su reivindicación a las grandes pequeñas historias que están marcadas por la estigmatización social. Además, opina sobre un tema polémico como es la legalización de las drogas.

-¿Cómo te sentís trabajando para Netflix? ¿Venís realizando producciones en plataformas, verdad?

-Yo trabajé hace diez años para HBO y ésta es la sexta producción que hago para una plataforma. Tengo películas en Amazon, varias series en Netflix, algunos largometrajes y ahora “Togo”, que es la última producción de Netflix. Es la primera cinta que filmo íntegramente en Uruguay, aunque no es la primera vez que hago algo en el país, ya que en 2004 había hecho una serie “Uruguayos campeones”. Lo que sí “Togo” es la primera producción que Netflix hace en Uruguay.

-¿Cómo fue trabajar con el gran actor Diego Alonso?

-Con él hicimos un montón de cosas. El último trabajo que realizamos juntos fue “Apache”, la serie de Netflix que cuenta la historia de Carlos Tévez en la que Diego y yo fuimos guionistas. Somos amigos, trabajar con él es un placer. Siempre trabajar con amigos es impagable, y más cuando éstos tienen talento, se comprometen con el trabajo y superan las expectativas concretas incluso. En cuanto a “Togo”, creo que para Diego fue un trabajo diferente respecto lo que venía haciendo; para mí fue algo novedoso, pero sobre todo fue un placer. Siento que trabajar con él es algo súper natural.

-Con tu trayectoria como cineasta, ¿cómo vivencias este nuevo cine argentino?

-Con mucho placer. Me pone muy contento que mi propuesta, desde un lugar muy honesto y consecuente, pueda tener una recepción bastante popular, no digo masiva ni mucho menos, pero está bueno que uno proponga algo y la gente lo pueda recibir con honestidad. Nunca trabajé en función de lo que me podía llegar a funcionar o lo que le fuera a gustar a la gente, siempre trabajé pensando, principalmente, en lo que me gustaba a mí. Intento que primero las películas me gusten a mí y después a los espectadores. En cuanto a tu pregunta, estoy muy satisfecho, porque hace ya 28 años que empezó el nuevo cine argentino y las cosas se fueron transformando un montón: ahora están las plataformas y el boom de las series, y la verdad nos pone en un lugar muy diferente, los retos son nuevos, los desafíos son constantemente cambiantes, el espectro y la nueva forma de exhibición están cambiando a una velocidad abrumadora todos los días.

Hace muchísimos años, primero nos acostumbrábamos a filmar películas, después apareció el video, luego surgieron las cadenas de cines, y recientemente surgieron las plataformas con líneas editoriales y contenidos muy diferentes, y con espacios diversos, ya que algunas brindan más márgenes para lo independiente respecto otras. La escena viene cambiando rápidamente todo el tiempo. Asimismo, también cambió la formación de los nuevos directores y la llegada de los nuevos talentos: hoy insertarse en el medio es mucho más difícil, ya que es más complejo ir con una película bajo el brazo y ofrecerla. Todo cambió mucho, la cuestión se puso un poco más difícil, es una realidad, pero los espacios siguen estando, hay que ocuparlos y hay que tratar de hacer las cosas lo mejor posible.

Nunca trabajé en función de lo que me podía llegar a funcionar o lo que le fuera a gustar a la gente, siempre trabajé pensando, principalmente, en lo que me gustaba a mí”.

-“Togo” es tu última producción y llega a la plataforma de Netflix, rescata esas historias de gran estigmatización, por lo menos en Argentina, sobre la gente que cuida coches y lo pone como un héroe. Reivindicas esas pequeñas grandes historias con una mirada desestigmatizadora dentro de los discursos de odio.

-Sí, y sobre todo lo que vos decís: los prejuicios, los temores, la estigmatización… Los prejuicios tanto de las clases altas como bajas suelen venir cargados de violencia. Cuando son emanados desde los poderosos a los que no tienen poder, son mucho más crueles; pero también las clases bajas tienen prejuicios hacia las clases altas, aunque éstos son más una actitud de defensa, no es lo mismo que te hagan bullying por ser pobre que por millonario. Hay una diferencia abismal entre una cosa y otra, al margen que el bullying igual está mal. Pero, por educación familiar y porque ideológicamente adhiero a eso, siempre voy a estar del lado del más débil, con sus defectos y sus virtudes, con todo lo que eso conlleva. Tampoco hago una idealización de los débiles como individuos, pero sí como colectivo. De ahí que considero que está bueno hacer una película desprejuiciada, que no ponga de nuevo el dedo en la llaga sobre todos estos momentos medio violentos, que no acentúe el prejuicio.

En este sentido, hay algo que es real, hace 20 años este tipo de películas denunciaban una realidad bastante dura y eran necesarias porque eso estaba medio invisibilizado, pero hoy entre los medios de comunicación que son una carnicería, más las redes, YouTube y todo, esa realidad súper oscura está tan presente, que tal vez como artista haya que pegar un giro y contar otras historias. ¿Por qué narrar sólo lo malo? Posiblemente, sea necesario contar un poco lo bueno que sucede también, porque realmente en todos lados hay que gente que quiere hacer las cosas bien.

Por educación familiar y porque ideológicamente adhiero a eso, siempre voy a estar del lado del más débil, con sus defectos y sus virtudes, con todo lo que eso conlleva”.

-La película llega oportunamente, sin romantizar la pobreza ni nada, pero resaltando que las personas podemos tener otros valores, en vez de marcar el lado malo, que por “ser pobre” te va a robar. Habla de la desestigmatización. ¿Cómo surgió la idea de relatar la historia de una persona que cuida coches y que un día se ve involucrada en un hecho y defiende al barrio de los narcos como un paladín de la justicia?

-Y también es una historia de amistad, en la cual él se hace amigo de una joven de clase alta. Por lo tanto, el film rompe con los prejuicios, eso no importan, lo relevante son los individuos. Yo me fui de Buenos Aires a fines de 2020, espantado por la pandemia y bastante enroscado por el encierro. No tenía trabajo ni tampoco mucha visión del futuro. El único país que me permitía filmar era Uruguay, entonces un poco me escapé y empecé a transitar un territorio donde, por lo menos, se podía filmar. Entonces, empecé a caminar por las calles de Montevideo y comencé a ver este fenómeno social muy interesante que son las personas que cuidan coches, que están integradas casi como una subclase social. Nosotros, los montevideanos, estamos acostumbrados a convivir con ellos, no los miramos mal, son parte de nuestra vida. No necesariamente son personas expulsadas por razones económicas del espectro social, sino que también hay personas con problemas psiquiátricos o que se han quedado solas, y cuidar coches es una manera de sentirse útil. Seguramente, hay mejores maneras, pero a veces cuando las políticas no son inclusivas y no pueden llegar a todos y no saben cómo abordar ciertos temas, es la sociedad la que tiene que hacer ese trabajo; y la verdad que los montevideanos los contemplan y ellos, a su vez, lo mismo. Son parte de nuestra vida y fue así que caminando por las calles empecé a verlos, a tratar con ellos.

Por otro lado, se visualiza el flagelo del narcomenudeo que extorsiona o recluta a las personas que cuidan coches para vender drogas, provocando que muchas de ellas caigan abrochadas como consumidores y su vida se torne más difícil. El flagelo de la droga es un problema mundial y sobre todo social, y los gobiernos no saben cómo abordarlo porque realmente la droga necesita de una conducción instalada en la sociedad para que pueda suceder.

Empecé a caminar por las calles de Montevideo y comencé a ver este fenómeno social muy interesante que son las personas que cuidan coches, que están integradas casi como una subclase social”.

-Ustedes en Uruguay tienen la legalización de la droga como ser la marihuana, ¿a partir de eso cambió la cuestión? ¿Cómo lo vivencias?  

-Lo de la marihuana sigue siendo un tema de debate, pero sí el efecto inmediato que se vio es que mermó un poco la violencia de las calles con el narcotráfico. Cuando legalizas algo se acaban las mafias y también el hecho de la corruptela troncal; pero igualmente sigue siendo un problema. Hay drogas legales que son fatales también como, por ejemplo, el tabaco que es una droga legal abominable, el consumo de alcohol que en Uruguay es bastante alto y todos sabemos que es uno de los grandes motivos de la violencia doméstica. Creo que debe seguir tratándose el tema y ver qué busca la gente en la droga (alcohol, tabaco). La legalización es un paso previo a una solución que tiene que ser mucho más grande e integral; yo no romantizo la legalización de la marihuana, pero sí creo que es una solución previa.

Ahora bien, la gente pensaba que si se legalizaba la marihuana todos iban a consumirla e iba a ser un desastre, y no, lo que sucedió es que se reguló un poco todo. Pero bueno, hay drogas más fuertes, más heavies, más ilegales y, básicamente, el narcotráfico se nutre de la ilegalidad y por lo tanto, a todo el mundo que vive de ese negocio le conviene que sea ilegal, porque no pagan impuestos y es plata que les queda… Nada, son cosas que hay legalizar, regular e híper-controlar y tratar de que hagan el menor daño posible, porque desgraciadamente tampoco uno no las puede prohibir. yo no romantizo la legalización de la marihuana, pero sí creo que es una solución previa.

Yo no romantizo la legalización de la marihuana, pero sí creo que es una solución previa”.

-Es así como vos decís. Respecto de la película, ¿queres compartir alguna anécdota que recuerdes de la grabación?

-No recuerdo ahora, seguro que más adelante me acuerde. Me agarras de sorpresa (risas). Me acuerdo que fue un desafío porque es una película que transcurre todo en exteriores en el barrio Palermo de Montevideo, lindero con el mar; entonces, en las noches hacía un frío gigante y le pedía al equipo técnico que me abrazara cada tanto para no tener tanto frío. Pero, más allá de todo, para mí fue súper placentero poder filmar una película en pandemia, un deshago. Yo la estaba pasando bastante mal, sin trabajar hacía mucho tiempo y sin hacer una película hacía muchísimo más, porque la última que hice fue en 2015 o 2016, así que sólo tengo cosas lindas para decir realmente.

Edición periodística: Andrea Reyes

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Javier Erlij

Licenciado en Periodismo, Profesor para la Enseñanza Primaria, Técnico en Periodismo, Critico de Cine. CEO de Cine Argentino Hoy.

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