“Espejos N° 3”

El largometraje alemán dirigido por Christian Petzold llega a los cines el 9 de octubre

La nueva película del reconocido director alemán Christian Petzold llega a los cines argentinos el próximo jueves 9 de octubre. Protagonizada por Paula Beer (Laura), Philip Froissant (Jakob), Barbara Auer (Betty) y Matthias Brandt (Richard).

Laura es una joven estudiante de música, a quien conocemos al inicio del relato. No se sabe mucho de ella, sin embargo podemos observar en su rostro una mirada inexpresiva, como si nada de lo que la rodea le importara. Un día, su novio Jakob planea un viaje con ella y dos amigos más, suben al auto y recorren una parte rural de Alemania hasta llegar al lugar del paseo. Una vez allí Laura decide volver y su novio, un poco enojado con la decisión, de malas ganas debe conducir el auto de regreso. A los pocos kilómetros el auto descarrila produciendo un terrible accidente, en el cual luego de volcar, el muchacho muere y Laura milagrosamente sale ilesa.

Betty, una mujer que vive en una de esas casas solitarias de campo presencia el accidente otorgando ayuda inmediatamente a la joven. La solitaria mujer acoge a Laura sin cuestionamientos dándole ropa que guarda en un ropero y que curiosamente son del talle de la joven. Laura y Betty parecen tener una gran conexión, pasan los días, pintan la cerca, hacen jardinería, cocinan y van de compras a la feria. Su relación fluye como si se conocieran desde hace muchos años, a pesar de ser dos desconocidas.

De esta manera, una atmósfera de cierto misterio irá cubriendo la historia hasta la llegada del marido Richard y Max el hijo de Betty que aunque viven cerca parecen haberse distanciado de ella. A partir de aquí el relato irá descubriendo detalles del pasado familiar. Cuestiones que harán que el espectador entienda la importancia del nuevo vínculo forjado entre Laura y Betty y porque este funciona como un elemento reparador en cada una de ellas, como si esta relación pudiera tapar una herida que no logra cicatrizar.

Un film, narrativamente singular y tan intrigante como magnético, que se articula inicialmente con la llegada de Laura y su inclusión a la familia de la mano de Betty. Para luego ir recayendo en los otros personajes, Richard y Max a los que al igual que Laura y Betty también les cuesta expresarse y cargan consigo un dolor en sus almas que es evidente, aunque lo expresen sin palabras con silencios y miradas. Una película que, sin dudas, lleva el sello de su realizador, Petzold conduce y crea como nadie, mediante elementos místicos y a veces un tanto abstractos, un universo inquietante e incierto generando en el espectador una intriga que lo mantendrá pegado en su butaca hasta el final.

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