Dialogamos con Bastien Bouillon protagonista de “La noche del crimen”. Ganador como mejor actor revelación en los Premios César (2023), el intérprete francés se refirió a las repercusiones que generó el film, el abordaje de su personaje y opinó sobre los casos de femicidio, el acoso y la violencia de género.
-¿Cómo surgió la propuesta de “La noche del crimen” (“La Nuit du 12″)?
-La película es una adaptación de una novelista que pasó un año en una dependencia de la policía parisina. Dominik Moll leyó el libro de Pauline Guéna “18.3 – une année à la PJ” (“18.3 – Un año con la brigada criminal”), que debe tener unas 200 páginas y habla de varios casos policiales. El director eligió las últimas 20 páginas de la publicación que tratan de un caso particular y decidió adaptarlo. Lo que interesó particularmente de ese caso es que el crimen quedó irresuelto y este tipo de temas se trata muy poco en cine.
Al inicio de la película se anuncia que el crimen no está resuelto, sin embargo, creo que, cuando uno ve el film aparecen cada uno de los sospechosos, inmediatamente piensas que puede ser uno de ellos, es que uno tiene ganas de creer que se va a encontrar al asesino.
-¿Cómo decidieron abordar conjuntamente con el director el tema del femicidio en la película?
-Es un tema muy actual, la relación hombre-mujer, la violencia de género, el acoso. La realidad que está sobre el tapete desde hace varios años. Creo que cuando Dominik leyó el libro, le interesó esa investigación que es una historia verídica. Una frase que se dice en la película es que todo investigador siempre tiene un caso que lo persigue. El hecho que sea una mujer la que muere, a priori se cree que es un hombre el que la mata a ella. Y también son los hombres los que van a trabajar por el crimen.
Es una película realizada por un hombre, producida por mujeres; en el film los hombres investigan, pero la jueza es mujer, todo está entrelazado todo el tiempo en la vida y en la ficción también.
La relación hombre-mujer, la violencia de género, el acoso… La realidad que está sobre el tapete desde hace varios años”.
-En el ambiente de los policiales sobresale la perspectiva masculina y cae también el prejuicio, que está abordado en la película, hay mucho de “algo habrá hecho” “a dónde iba”… ¿Cómo pudiste construir tu personaje para no caer ni en un machista ni en algo que sea irreal?
-El guion me dio la línea a seguir en mi personaje. Mi papel era recto y sólo tenía que seguir esa propuesta, nomás. Lo que sí tuve que trabajar es que el personaje estuviera todo el tiempo pensando, esa era la clave: la concentración y la reflexión. La concentración se vio en las palabras que yo enunciaba, que eran muy rectas, claras, acotadas. La reflexión se trabajó a partir de los ojos, los ojos que se mueven, que observan e intentan indagar. Y ese era el pasaje entre esa palabra y estos ojos que permiten acceder a la subjetividad que tiene el personaje. Eso es lo que crea la intimidad.-¿Para hacer la película se tomó únicamente de esas últimas 20 páginas del libro?
-No, por ejemplo, lo del velódromo lo sacó de otra investigación. Se nutrió de distintas cosas, porque entre la historia real y el relato de la escritora hay un desfasaje inicial. Luego, entre el relato de la autora y el guion, vuelve a ver una adaptación. Y entre el guion y el montaje final de película, también hay cambios. Entonces nos fuimos alejando. Es una ficción.
-Con respecto a las repercusiones de la película, ¿cómo reaccionó el público de todo el mundo?
-Yo sólo estuve en Francia. Vamos a ver en Argentina (estreno comercial 23 de marzo). Lo que te puedo decir es que gracias al boca a boca, la película funcionó muy bien en el público. A medida que pasaban los días nos íbamos dando cuenta que el espectador era cada vez más un público joven. Ganamos el premio César 2023 que conceden los estudiantes del secundario. Eso para mí tiene otro valor, porque es el público joven el que nos votó. Así que puedo decirte que la película fue muy bien recibida.
Ese era el pasaje entre esa palabra y estos ojos que permiten acceder a la subjetividad que tiene el personaje. Eso es lo que crea la intimidad”.
-¿En qué lugares de Francia fue rodada la película?
-La historia real la filmamos en los suburbios parisinos, pero Dominik quería filmar con las montañas alrededor como si fuera un pequeño teatro de ese crimen. Las montañas que también son como la promesa de las cumbres, pero también son una suerte de opresión y se convierten en algo peligroso.
Ganamos el premio César 2023 que conceden los estudiantes del secundario. Eso para mí tiene otro valor, porque es el público joven el que nos votó”.
-¿Queres compartir alguna anécdota del rodaje?
-Puedo contarte lo que pasó en las escenas del velódromo. Éste es muy pronunciado, entonces para filmar las escenas allí, vino un extra que andaba en moto para que el director pudiera poner una cámara y filmar. El extra llegó a ser un cowboy y dijo: “Listo esto lo controlo”, pero resulta que cuando se puso en la pista del velódromo, dio dos vueltas con la moto y casi se cae las dos veces, así que tuvo que venir alguien del club, que andaba realmente en bicicleta y fue el que salvó el rodaje.
Edición periodística: Andrea Reyes