“El viejo Roble” de Ken Loach. Crítica.

La ultima película del director ingles.

Tras seis décadas de trabajo, Ken Loach es una institución del cine. Siempre haciendo foco en lo social, en las personas, en la búsqueda de esperanza. “El viejo Roble”, podría llegar a ser su última película y resumirá las pretensiones de Ken en el séptimo arte. Llega a los cines este jueves 5 de septiembre. 

Tras el cierre de las minas, un pequeño pueblo de Inglaterra lucha por sobrevivir. Las personas comienzan a irse y el gobierno comienza a ocuparlas con refugiados sirios. Uno de los últimos estandartes de la vida pasada es el pub local. Los locales lucharán por mantenerlo como está, por más que el dueño quiera utilizarlo para abrir un comedor comunitario para todos. 

Tanto en nuestro país, como en el mundo, existe un auge del pensamiento individualista, egoísta. Una noción de meritocracia y salvataje individual. Donde si uno no logro algo, es porque no lo intento lo suficiente. Sin embargo, al igual que lo hizo a lo largo de toda su carrera, Ken Loach viene a demostrarnos otro camino, mucho más esperanzador. Un camino donde nadie se salva solo, donde el futuro se realiza en comunidad con el otro. 

No es casual la elección del pueblo donde transcurre la historia. Newcastle en la actualidad, ni siquiera posee su propio club de fútbol. Este fue comprado por inversionistas qataríes, al igual que las casas de los vecinos en “El viejo roble”, son compradas por empresarios de Chipre. 

Los locales se enojan porque el gobierno ayuda a los refugiados en lugar de a ellos. Olvidado que una generación atrás, sus familias recibieron la misma ayuda y por eso están viviendo donde viven. Algunos son incapaces de ponerse en el lugar del otro, deshumanizando a la otredad, olvidando la historia colonizadora del país que habitan. 

Carece de sutilezas y los fundidos encadenados no ayudan a navegar a lo largo de este drama social. Quizás no sea estilísticamente la mejor película de Ken Loach, pero como siempre sobresalen sus ideas y la capacidad de mantener encendida la antorcha de la esperanza. “El viejo Roble”, pareciera un oxímoron en la realidad actual, porque de esta nadie se salva solo.

Critica.

Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación

Carece de sutilezas y los fundidos encadenados no ayudan a navegar a lo largo de este drama social. Quizás no sea estilísticamente la mejor película de Ken Loach, pero como siempre sobresalen sus ideas y la capacidad de mantener encendida la antorcha de la esperanza. “El viejo Roble”, pareciera un oxímoron en la realidad actual, porque de esta nadie se salva solo.

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Francisco Mendes Moas

Estudio, hago y escribo sobre cine. Mi relación con el séptimo arte siempre peligra con convertirse en una peligrosa adicción.

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