Transitamos momentos difíciles para el cine. Los grandes tanques que antes atraían espectadores como la miel a las moscas, ya no lo logran. Los números ya no cierran como antes. Siempre que sucede algo así, las películas de terror, parecen oasis en el desierto. Gracias a su fiel público y su bajo costo de producción. Y si hablamos de subgéneros convocantes, el J-Horror es uno de ellos.
Llega a los cines la última película de Hideo Nakata, máximo exponente del cine de terror japonés en occidente. “El último conjuro”, se estrena el próximo jueves 20 de junio. Buscando igualar el impacto cultural que generaron sus antecesoras, “La llamada” (1998) o “Aguas oscuras” (2002).
Hiroko Kurasaw y Naoto Ihara eran compañeros de oficina. Ella se enamora de él, pero este está casado. Un espíritu maligno empieza a seguirla a ella para que se aleje de Naoto y por esta razón Hiroko renuncia a su trabajo. Ahora Hiroko tiene una incipiente carrera como directora de video y Naoto está viudo y con un hijo. Se vuelven a encontrar en el funeral y los sucesos paranormales comienzan nuevamente.
A principios del milenio, el cine de terror no se encontraba pasando por un gran momento. El subgénero torture porn se había puesto de moda y el gore explícito era lo mejor que se podía llegar a ver. Sin embargo, desde oriente llegó algo diferente. Los espíritus nunca pasaron de moda en Japón y el gore siempre estuvo presente. Las películas de Hideo Nakata traían un nuevo aire, daban “miedo en serio”.
Pasaron ya más de 20 años desde la primera vez que veíamos a espíritus femeninos con pelo largo y vestidas de blanco impoluto, perseguir a sus víctimas. Y si bien puede que tenga algo de cultural el hecho de que esto ya no asuste a nadie, las fallas van más allá de esto. Un ejemplo claro de esto es “Godzilla Minus One”. Las películas del kaiju nipón, están entre nosotros desde mitad del siglo pasado y esta consigue ser fresca como brisa de verano.
El problema aquí no es el subgénero, o el objeto atemorizante. La puesta en escena es vaga, los efectos son de mala calidad, por más que nunca fueron exactamente el fuerte de estas producciones. Los giros argumentales y cambios de tono están a destiempo u obsoletos en muchos casos. Pareciera como si Nakata estuviera cansado y hubiera elegido hacer una parodia de su cine.
“El último conjuro” es la película número 46 de Hideo Nakata. Es un director por demás prolifero, que encontró un modo de producción que le queda cómodo y sabe manejar. Quizás sea el mismo de hace 20 años y se genera el mismo efecto de un mago que repite siempre el mismo truco. Se comienzan a ver los hilos o los auto plagios. Ya no quedó nada de ese cine que daba “miedo en serio”. Solo un grato recuerdo por esas noches en las que no se podía dormir, pensando que en 7 días podría llegar a morir por ver una película.
Calificación.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
“El último conjuro” es la película número 46 de Hideo Nakata. Es un director por demás prolifero, que encontró un modo de producción que le queda cómodo y sabe manejar. Quizás sea el mismo de hace 20 años y se genera el mismo efecto de un mago que repite siempre el mismo truco. Se comienzan a ver los hilos o los auto plagios. Ya no quedó nada de ese cine que daba “miedo en serio”. Solo un grato recuerdo por esas noches en las que no se podía dormir, pensando que en 7 días podría llegar a morir por ver una película.