El 23 de diciembre se estrenó en Netflix la secuela de la exitosa “Entre navajas y secretos (Knives Out)”. La película que sigue las nuevas andanzas del detective Benoit Blanc cuenta con las actuaciones de Daniel Craig, Edward Norton, Janelle Monáe, Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr, Jessica Henwick, Madelyn Cline, Kate Hudson y Dave Bautista.
El multimillonario Miles Bron (Edward Norton) invita a sus amigos más cercanos a su isla privada para hacerlos participes de una noche experimental, en donde habrá que resolver un misterioso asesinato ocurrido en su mansión, Glass Onion. Sin embargo, la llegada a la reunión del detective Benoit Blanc (Daniel Craig), quién asegura haber recibido la invitación aunque Miles niega haberlo invitado, cambiará las reglas de dicho concurso.
Entre los concurrentes, además de Benoit Blanc, se encuentra un grupo de personajes diversos en apariencia, pero iguales en su egocentrismo: la modelo convertida en influencer Birdie; la madre, esposa, “sensata” y política Claire; el youtuber impulsivo Duke junto a su novia la seductora Whisky y el científico obsesivo Lionel. El momento del encuentro se dará entre risas y abrazos hasta la sorpresiva llegada de Andi Brand, una antigua socia de Miles durante la construcción de su gigante poderío empresarial y quién ahora por confusas razones se encuentra fuera de esos privilegios.
De esta manera, en pocos minutos, el film fluye con gran ritmo y de forma entretenida completando la ambientación con espectaculares escenografías y presentando a cada uno de los protagonistas con sus características bien marcadas. A pesar de ello, ese montaje veloz empieza de a poco a frenarse volviendo algo lento el desarrollo de la trama, justo en el preciso instante donde la tensión debería ir in crescendo. Situación que lleva inevitablemente al espectador, conectado con la historia, a perder un poco su atención hasta aquí proporcionada.
En este sentido, “Glass Onion: Un misterio de Knives Out” construye el relato mediante una interesante idea de intriga o misterio clásico salpicado con toques de comedia, escoltado por una estética y una superproducción típica de Netflix. Además del gran trabajo de Daniel Craig que se mete en la piel de ese detective que todo lo sabe, esparciendo elegancia, simpatía y glamour.
Por tanto, las importantes características mencionadas no alcanzan para conseguir una película atrapante, quedándose a mitad de camino para converger en un film tedioso y demasiado extenso, con personajes que no logran acompañar correctamente a Craig, cayendo en la sobreactuación y no pudiendo disimular un guion forzado que expone desenlaces a veces incoherentes y otras veces previsibles.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
El multimillonario Miles Bron (Edward Norton) invita a sus amigos más cercanos a su isla privada para hacerlos participes de una noche experimental, donde habrá que resolver un misterioso asesinato ocurrido en su mansión, Glass Onion. Sin embargo, la llegada a la reunión del detective Benoit Blanc (Daniel Craig) quién asegura haber recibido la invitación aunque Miles niega haberlo invitado cambiará las reglas de dicho concurso.
