Crítica de “El joven Ahmed”

Una película de Jean-Pierre y Luc Dardenne

El jueves 14 de abril llega “El joven Ahmed”, la nueva película de los hermanos belgas, Jean-Pierre y Luc Dardenne (“El hijo”, “Dos días, una noche”). Una vez más, los talentosos cineastas recurren a una pequeña historia, para explorarla con claridad, sencillez y enorme sensibilidad, a través del humanismo con el que habitualmente construyen a sus personajes y ubicando el foco en las problemáticas sociales de la actualidad que aquejan al primer mundo.

Ahmed (Idir Ben Addi), es un niño belga y musulmán de 12 años que escucha y sigue al pie de la letra las palabras de su imán Youssouf (Es quien comanda la oración colectiva en el islam). Cada día, el niño se alista en silencio, se viste y se dispone a asistir a su guía al momento de la oración, quién se ha convertido en sus ojos, confiriéndole su propia concepción del mundo.

En este sentido, se produce un veloz crecimiento de la semilla del radicalismo islámico en la mente del joven, que se niega a saludar a su maestra, justificándose: “un verdadero musulmán no le da la mano a una mujer”. Su mente inocente, se está transformando en la de un terrorista, presumido de ser dueño de la verdad absoluta. Enajenado y convencido de esta doctrina, al enterarse que su maestra enseñará a sus alumnos canciones en árabe toma la sombría decisión de asesinarla.  

La segunda parte del film, se establece luego de la detención de Ahmed y su traslado a una granja. Su rehabilitación es acompañada por psiquiatras, consejeros sociales y un abogado.

“El joven Ahmed”, es una película arriesgada teniendo en cuenta que se sumerge en la radicalización de un dogma, considerando las ya conocidas conveniencias que puede acarrear el fanatismo religioso en ciertas partes del mundo.

Un relato directo y sin preámbulos, como ya es usual en el cine de los hermanos belgas, sin flashbacks ni ningún tipo de elemento que exponga el pasado de los personajes. Un cine social, comprometido y de denuncia que se desarrolla con un ritmo vertiginoso, sin música y mediante una cámara que persigue al protagonista en todo momento, sin perder pisada de cada una de sus acciones. Dejando en claro la situación de un joven inmaduro que busca un sentido a su vida, mientras lidia con los inconvenientes familiares de una madre alcohólica, la falta de un padre y el rechazo de su hermana.

Un film de gran madurez, narrado con tono hiperrealista que invita al espectador a reflexionar sobre el poder de la religión y como esta puede invadir el espíritu de los jóvenes, empujándolos a renunciar a su condición humana, creyendo ciegamente en lo que otros dicen, perdiendo su propia voz y convirtiéndose en pura resonancia.

Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Actuación

Ahmed (Idir Ben Addi), es un niño belga y musulmán de 12 años que escucha y sigue al pie de la letra las palabras de su imán Youssouf (Es quien comanda la oración colectiva en el islam). Cada día, el niño se alista en silencio, se viste y se dispone a asistir a su guía al momento de la oración, quién se ha convertido en sus ojos, confiriéndole su propia concepción del mundo.

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