“Como el cielo después de llover”. Crítica

“Como el cielo después de llover” es un documental hermoso que recorre la vida de una familia, sus problemas, contradicciones y nos muestra el rodaje de una película sobre violencia de género que tiene mil contrariedades más. Por Esteban Jourdán

En esta era de smartphones y tecnología al instante es común fotografiar y filmar el día a día, pero en la década de 1990 no. Era algo que se guardaba para momentos especiales, cumpleaños, navidad, año nuevo o algún aniversario. En la familia de Mercedes esto era distinto, su padre es cineasta y filmaba todo, absolutamente todo lo que ocurría en su infancia. Eso la condiciona indirectamente y la llevó a estudiar cine. 

¿Cómo retratar la violencia de género sin dejar en un pedestal o como un mito a un golpeador? ¿Cómo ser fiel al punto de vista de la víctima durante el rodaje de una violación si todo el equipo que filma son hombres? Son algunas de las preguntas que se hace Víctor al hacer su película, que es retratada por su propia hija en un backstage informal.

Con imágenes caseras de cuando su padre filmaba el día a día de su niñez y mezclado con eso vemos imágenes actuales, vamos transitando y tratando de entender varias cosas: La tristeza de la madre, la razón de Mercedes de estudiar cine, los miedos de Víctor, la brutalidad del animal (el violador de la película), la importancia de los recuerdos, las contradicciones de la vida y mucho más.

Es hermoso ver como padre e hija conectan utilizando el cine, los sonidos y las cámaras como canal, algo que es reprochado y mirado con recelo por su hermano, que no los entiende y hasta le molesta lo que hacen. “Como el cielo después de llover” es un bello homenaje de Mercedes a su padre, es una hermosa forma de devolverle ese amor con que él la filmaba esta vez con ella detrás de cámara, pero también es una forma de que todos pensemos en que lugar le damos a los recuerdos y a los sonidos de esos momentos que forjaron quienes somos hoy en día.