Rodeada de muñequitos y varios problemas, Clementina convive con su novio en un departamento del barrio de Chacarita. La historia sigue el día a día de esta pareja un tanto extraña en tiempos de pandemia. Dividida en cinco “capítulos” consecutivos, la trama cuenta un suceso particular de esta convivencia, en la que Clementina deberá poner la cara constantemente frente a diversos personajes que irán apareciendo en su departamento -y en su vida-.
Desde el primer momento, el personaje de Clementina -interpretada por Feldman- se presenta de manera graciosa y atractiva. La vemos cruzar la calle con una bolsa llena de frutas y verduras que no dejan de caerse por más que ponga todo su empeño en levantarlas y volver a guardarlas. Es así que, en ese primer instante, se deja asentado el género de esta película. Sin forzarlo en lo absoluto, el humor se abre paso de manera sencilla e inocente, y la protagonista es la clave para lograrlo.
Desde inundaciones y cortes de luz hasta un desorden descomunal debido a su novio acumulador, Clementina va sorteando todas las dificultades que se presentan con una tranquilidad característica. A diferencia de ella, su novio Guillermo aparece siempre en segundo plano dando órdenes e irritándose por todo. Esta combinación de personalidades crea una atmósfera en la que todo parece absurdo y al mismo tiempo sensato, dadas las condiciones pandémicas en las que se encuentran y que desatan el carácter de cada uno.
La idea apuesta a una comedia con tintes absurdos. El conjunto de acciones y planos cortos acompañados de música medieval le otorgan un tono cargado de humor. Las diferentes situaciones tragicómicas dan esa sensación de que ya nada puede pasar porque ya pasó absolutamente todo, aunque, siempre hay algo más para ver. Sin embargo, no se hace tedioso ni repetitivo, de hecho, hasta se torna entretenido y dinámico, y todo gracias al montaje.
“Clementina” es una película hecha en pandemia de la mano de El Pampero Cine. Busca reflejar las distintas circunstancias que se han generado en esos tiempos locos de distanciamiento social y de alcohol en gel hasta en la sopa, lográndolo eficientemente sin quedar pegada a la mera etiqueta de “cine de pandemia”. Más allá de los elementos cómicos, el film retrata cómo sobrellevar situaciones difíciles y cómo rearmarse luego de ellas.