Basado en la obra homónima de Antonio Skármeta, Ardiente Paciencia es el primer estreno original de Netflix producido íntegramente en Chile, y que ya está para ver en la plataforma.
En Isla Negra, en Chile a fines de los ’60, Mario (Andrew Bargsted) es pescador por herencia; un día decide renunciar al oficio y convertirse en cartero; pero no cualquiera, sino del mismísimo Pablo Neruda (Claudio Arredondo). Mientras entablan una amistosa e inspiradora relación, el pescador devenido cartero devenido poeta, se enamora de Beatriz (Vivianne Dietz), una camarera recién llegada al pueblo con su estricta madre.
Uno de los elementos claves que lleva la cinta a buen puerto es la amistad entre los personajes de Neruda y Mario; charlas sobre metáforas y enamoramientos la hacen rica en palabras. Estas palabras que en otro tipo de películas serían melodramáticos, acá suenan como hermosos versos.
Por otra parte, no sólo el vestuario y los escenarios empapan de época una historia; la música también tiene un rol fundamental, y el uso de música de Los Jaivas y de Palito Ortega ayuda en todo sentido para mostrar esa fusión entre lo tradicional y el rock, esa dualidad tan latinoamericana.
Un detalle que puede parecer mínimo es la falta de una clara oposición de fuerzas que chocan para que ocurra el conflicto y pueda mantenerse a lo largo de la cinta. Más allá del resultado, falta ese antagonismo característico del género.
La película de Rodrigo Sepúlveda está enfocada en el amor y su poesía, y deja el contexto político en un tercer plano, a diferencia de la obra original. Si eso afecta o no la percepción del producto terminado, queda en manos del espectador.
Se ve de la misma forma que se lee un libro, o que se lee un poema de Neruda, o se ve una obra de Shakespeare. Hay romance y drama histórico, ¿qué más se puede pedir?
Calificación
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Ardiente Paciencia es un film simple que se ve como se lee un libro. El romance y la poesía toman protagonismo ante la política del momento.
