“Ahed’s Knee” de Nadav Lapid. Crítica.

En el marco de la semana de Cannes que se lleva a cabo en las salas del complejo Gaumont, se proyectó “Ahed’s Knee”. La última película del director israelí Nadav Lapid, fue seleccionada por Thierry Frémaux (director artístico del festival de Cannes) para formar parte de la muestra. Además compartió el Gran Premio del Jurado junto con “Compartment No. 6” de Juho Kuosmanen. 

Un director de cine viaja a un pequeño pueblo de Israel para asistir a la proyección de su última película. Durante el evento descubre que debe firmar un formulario por el cual el gobierno busca censurar los temas de su discurso. En simultáneo, el director se encuentra tratando de aceptar o luchar en contra de la muerte de su madre. Junto a ella escribe los guiones de sus películas, pero el cáncer busca separarlos. 

Tenemos aquí una trama de fuerte crítica política. Un discurso en contra del actual gobierno de Israel, quien busca silenciar a quienes no piensen igual que ellos en busca de un excesivo nacionalismo. En contra del servicio militar obligatorio, el cual deja más traumas que enseñanzas. Criticando también los consumos artísticos de su propio país, siendo uno de esos directores que son galardonados en el exterior pero en su propia patria nadie los conoce. 

El mensaje llega claro al espectador, el director no se anda con tapujos a la hora de decir lo que piensa. En cuanto a las formas tal vez se encuentre divagante, lenta para llegar al grano. Con algunos tintes experimentales que por momentos desvían la atención de la trama y por otros suman arte al mensaje. Avshalom Pollak se monta la trama al hombro y la hace avanzar junto a su excelsa interpretación. 

“Ahed’s Knee” de Nadav Lapid busca desmantelar el mito de Israel como país ideal. Desde dentro deja a la vista aquello que no funciona y luchan por taparlo. Con momentos muy íntimos, donde el protagonista graba mensajes para su difunta madre, a intensas escenas donde el aire se corta con cuchillo. Algo divagante, pero contundente.