Ayer, 14 de marzo se estrenó, pospuesto, en el complejo Gaumont el documental codirigido por Luciano Nacci y Axel Emilien, “Tormenta de fuego: incendios en la Patagonia”. En una jornada donde los trabajadores del cine se organizaron para marchar en las puertas del complejo, ya que lo quieren vender. Y manifestación que terminó en una fuerte represión. Al igual que sucede en el documental el estado desconoce y niega su responsabilidad en estos sucesos.
El 9 de marzo del 2021 se registró en la zona de Chubut el incendio periurbano más grande de Latinoamérica. Los damnificados cuentan cómo perdieron sus casas y sus bienes sin poder hacer otra cosa que intentar sobrevivir ante la voracidad del fuego. Lo que todos sospechan es que detrás de los incendios hay una intencionalidad política y económica.
El audiovisual cuenta con una cualidad que excede a cualquier prestigio técnico, la inmediatez de su realización. Las entrevistas y los registros son algunas semanas después de lo sucedido. Desde ya, la astucia de los directores para saber que la cámara tenía que estar ahí, en ese momento. Cuando ya los medios de comunicación abandonaron la zona y se ven las consecuencias inmediatas de los sucesos.
Las pérdidas materiales son totales, los relatos tan viscerales como frescos. Los entrevistados parecen relatar las imágenes que quedaron grabadas en sus retinas de los días anteriores. La única ayuda recibida es de sus pares, otros habitantes de la zona que ayudaron a combatir el incendio, rescataron gente o donaron lo que pudieron en colaboración.
“Tormenta de fuego: incendios en la Patagonia” de Luciano Nacci y Axel Emilien, posee una verdad que excede a la pantalla de cine. Estar en el momento y lugar indicado para que las víctimas puedan contar su historia. Una película vale más por su capacidad de archivo y denuncia que económicamente. Cosas que la actual dirigencia del INCAA no podría ver ni aunque se lo señalen.
Calificacion.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
“Tormenta de fuego: incendios en la Patagonia” de Luciano Nacci y Axel Emilien, posee una verdad que excede a la pantalla de cine. Estar en el momento y lugar indicado para que las víctimas puedan contar su historia. Una película vale más por su capacidad de archivo y denuncia que económicamente. Cosas que la actual dirigencia del INCAA no podría ver ni aunque se lo señalen.