“Super ¿Quién?”, la nueva comedia de Philippe Lacheau. Crítica.

El sufrido y frustrado actor Cedric (Philippe Lacheau) parece condenado a llevar la vida de un perdedor. Su vida parece estar completamente arruinada, su novia lo dejó y su padre no siente más que vergüenza por su persona. Su hermana y sus amigos han perdido completamente su fe en él y en su capacidad de poder llegar a alcanzar algo verdaderamente en la vida.

Tras algunas situaciones completamente hilarantes, obtendrá el papel protagónico de su vida, lo que podrá, eventualmente, llevarlo al estrellato que siempre ha deseado. Cedric interpretará en la gran pantalla al gran superhéroe “Badman”, por lo que al fin logrará ganarse el respeto de todos y todas. ¿A caso logrará trascender como actor y podrá ganarse finalmente el respecto de su padre y de su familia? 

Sin embargo, un evento completamente inesperado cambiará el rumbo de los acontecimientos. Cedric perderá la memoria, lo que lo llevará a creer que él es en verdad un superhéroe y, por tanto, a vestir el manto de “Badman” en una serie de situaciones muy locas en el mundo real. Estas situaciones, al mismo tiempo que nos harán reir y pasar el rato, también nos harán preguntarnos por el verdadero significado del reconocimiento, del valor, de las relaciones con la familia y del amor. 

A través de una serie de eventos completamente disparatos y de una compleja parodia a las películas del género superheroico, “Badman”, nos habla sobre el reconocimiento social, de los fracasos en la vida y de la necesidad de siempre volver a levantarnos, puesto que nos recuerda que siempre es posible volver a empezar recreándonos para encontrar nuevas vias para relacionarnos con quienes amamos y asi, poder reencontrarnos con nosostros/as mismos/as. Es, en este sentido, que las escenas loquísimas que nos presenta el film adquieren profundidad para lograr trascender más allá de la comedia. 

La fusión completamente bizarra entre realidad y ficción que logra construir Lacheau, definitivamente se vuelve el punto central para erigir todos los “gag” que se desarrollan durante toda la cinta. Son los mismos gags, las situaciones completamente random e irónicas y el ritmo super dinámico de la propuesta, lo que puede llegar a atraer a cualquier fan del género superheroico y construir, al mismo tiempo, la atmósfera completamente hilanrante y bizarra de todo el film. En este sentido, tanto las actuaciones como las situaciones que se crean, resultan completamente pertinentes, por lo que se logra desarrollar todo un universo de sentido dentro del film. Para esto, no faltarán las coreografías de acción y el típico traje completamente al cuerpo que permite apreciar los músculos exagerados y trabajados, así como las explosiones y los múltiples accidentes de tránsito. La música, heroica y algo bizarra al mismo tiempo, logra completar la perfecta fusión entre ficción y realidad, la cual no se perderá hasta llegar al final.

De lo expuesto, a la vez que la propuesta de Lacheau resulta una comedia y una parodia completamente random de superhéroes -lo que en algún punto se vuelve una sátira del mismo género-, nos habla sobre temas profundos en la vida de las personas, que pueden llegar a tocar las fibras más intensas y fundamentales. En este sentido, puede decirse que el film maneja muchas capas, lo que, si el espectador y la espectadora se lo permite, podrá hacer una lectura completamente dual del mensaje, lo/la que hará viajar para mezclar ficción y realidad…