“No esperes demasiado del fin del mundo”

El próximo jueves 21 de marzo tendrá su estreno en cines la nueva comedia experimental del guionista y director rumano Radu Jude, ganadora del premio  Especial del Jurado en la selección de la Competencia Internacional en el Festival de Cine de Locarno. Una extraña, intelectual y deslumbrante sátira sobre la naturaleza humana.

Angela (Ilinca Manolache) es asistente de producción en una compañía cinematográfica, se levanta temprano y a base de café y bebidas energizantes consigue soportar las 16 horas diarias de trabajo, conduciendo su auto por las súper congestionadas calles de Bucarest.

Paradójicamente, Angela pone en riesgo su vida manejando durante tantas horas y soportando el cansancio extremo a la vez que se encarga de realizar castings a personas que quedaron discapacitadas como consecuencia de accidentes laborales, cumpliendo con la labor encomendada por la productora, que tiene como objetivo realizar un video sobre seguridad laboral buscando retratar la protección en el ambiente de trabajo.

De esta manera, observamos a nuestra protagonista, mientras en paralelo con una película más antigua, “Angela merge mai departe” de Lucian Bratu sobre la vida cotidiana de una mujer taxista, también llamada Angela en Bucarest en los años 80, donde podemos ver al mismo tiempo las diferencias entre la actual y la mujer de igual nombre de la Bucarest comunista, la cual parece más tranquila y lleva una vida más sencilla, disfrutando de su trabajo.

Aunque también, a medida que avanza aquella película de 1981, podemos ver como la Angela taxista se encuentra con diferentes problemas, especialmente encuentros misóginos. Una ciudad de Bucarest diferente, con menos autos y calles más despejadas. Pero claro, también es un film y podría haber sido un reflejo de la realidad o simplemente una ficción acomodada a aquellos tiempos de la era Ceaușescu.

De esta forma, cada situación del relato actual es comparada con una símil del antiguo film, a pesar de estar cada una en el extremo opuesto del espectro, invitándonos a contrastar las diferencias o similitudes entre los dos.

En definitiva, sin contar mucho más para dejar que el espectador se sorprenda, el film no se preocupa por tener una estructura argumental tradicional, sino por el contrario se deja llevar por las acciones de la protagonista que acompañamos sin más. Una película, que algunos considerarán una obra maestra mientras que otros tantos quizás ni siquiera lleguen al final de sus casi tres horas de metraje.