Tras el éxito generado con “Drive My Car”, el director nipón no se quedó con los brazos cruzados y siguió trabajando. De esta manera, el próximo jueves 31 de marzo llega a las salas de cine “La rueda de la fortuna y fantasía”, la última película de Ryûsuke Hamaguchi. Abriéndose camino entre películas de superhéroes y de acción, encuentra un espacio que muchos espectadores, hambrientos por algo distinto, estaban esperando.
A modo de antología, tenemos aquí tres historias autoconclusivas, protagonizadas por personajes femeninos. El reencuentro de un viejo amor, un fallido intento de seducción y un placentero encuentro resultante de un mal entendido, integran las historias. Con el ritmo que caracteriza a las filmografías del director, desvelaremos poco a poco los pormenores de estas relaciones y el impacto que tienen estos encuentros en su vida.
Una vez más Hamaguchi crea una ventana a un mundo propio. En este caso particular, tres mundos. Universos casi minimalistas, donde dos personajes, a veces tres, alcanzan y sobran para llevar adelante la trama. Mediante actuaciones tendientes al naturalismo y unos diálogos muy trabajados, el espectador es capaz de comprender la porción de mundo que muestra la película. Recayendo siempre un importante peso sobre la oralidad, ya que a través de ella es que la mayoría de la información le es brindada a quien mira la pantalla.
Si quedaste fascinado con el poder narrativo de Ryûsuke Hamaguchi en “Drive my car”, no podes perderte “La rueda de la fortuna y fantasía”. Y si no sabes nada, siempre podes dar un salto de fe, ya que la red del buen material audiovisual estará allí para atajarse. Un cine de autor, similar al de Richard Linklater pero con las características propias que solo la orientalidad puede brindarle.
Calificación
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Si quedaste fascinado con el poder narrativo de Ryûsuke Hamaguchi en “Drive my car”, no podes perderte “La rueda de la fortuna y fantasía”. Y si no sabes nada, siempre podes dar un salto de fe, ya que la red del buen material audiovisual estará allí para atajarse. Un cine de autor, similar al de Richard Linklater pero con las características propias que solo la orientalidad puede brindarle.