Ismael Fraga (Ricardo Merkin, en una gran interpretación) es un hombre mayor, jubilado ex trabajador de un frigorífico, que viaja a un pueblo llamado Tres fuegos. Lo vemos viajar en micro en soledad y hospedarse en una humilde posada, casi sin huéspedes. Carga tan solo con un bolso en su mano, pero lleva consigo un peso mucho más grande que solo puede observarse en su rostro, su postura al caminar y por supuesto en su mirada.
A escasos minutos descubrimos que este hombre está en busca de su nieta, quien ha sido secuestrada hace varios años y a pesar de haber realizado la denuncia, parece que la policía no se preocupa mucho por el caso, haciendo pasar el tiempo sin ninguna información sobre la joven.
En consecuencia, Ismael decide viajar al mencionado pueblo luego de recibir el comentario de un camionero que dice haberla visto en un conocido cabaret del lugar. A partir de aquí sus días y sus noches solo tienen un objetivo, encontrar a su nieta. No obstante, para esto deberá superar una serie obstáculos para nada sencillos, que lo llevarán a conectarse con policías corruptos, mafiosos y desagradables personajes que habitan el pueblo.
Aunque claro, también estarán quienes lo escuchen y lo comprendan, como Cecilia (Romina Fernandes) administradora de la posada, quién además ya no soporta a su pareja, un violento hombre llamado Horacio (Roberto Vallejos) que parece ser parte de una organización mafiosa involucrada en la trata de personas.
De esta manera, el relato irá descubriendo pequeños datos que servirán tanto a nuestro protagonista como al espectador, poniéndonos en la mente de Ismael, entendiendo su tormento y su bronca ante tanta injusticia. Una historia que se narra de forma sutil e inteligente, sin necesidad de caer en golpes bajos, trasmitiendo el drama que vive el protagonista mediante flashbacks que exponen recuerdos que hoy lo perturban, pero además, manifestando la pregunta de hasta donde puede llegar un hombre desesperado para alcanzar justicia.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Ismael Fraga (Ricardo Merkin, en una gran interpretación) es un hombre mayor, jubilado ex trabajador de un frigorífico, que viaja a un pueblo llamado Tres fuegos. Lo vemos viajar en micro en soledad y hospedarse en una humilde posada, casi sin huéspedes. Carga tan solo con un bolso en su mano, pero lleva consigo una carga mucho más grande que solo puede observarse en su rostro, su postura al caminar y por supuesto en su mirada.