Crítica de “Valeria y los pájaros” de José Sanchis Sinisterra

La obra protagonizada por Pepa Luna y dirigida por Alejandro Giles se presenta todos los sábados en el Teatro Border (Godoy Cruz 1838) a las 19 30 hs.

Las luces de la bella sala del Teatro Border se encienden y en el escenario se pueden observar una mesa con dos tazas de café y otra mesita con un tocadiscos, una botella de licor y un teléfono. Este es el living de la casa de Valeria, lugar donde trabaja haciendo traducciones al idioma esperanto y donde además cada tanto abre la ventana para conversar con los pájaros.

Valeria es una mujer solitaria pero que no se siente sola, se ha creado allí, en su salita de estar un universo personal donde consigue relacionarse con aquellas personas que ya no están. Porque Valeria no se resigna a pensar que esas personas que se han ido físicamente han dejado de existir y por eso las invoca.

Ponerse en contacto con esas entidades hacen que Valeria permanezca alerta en todo momento, es que tanto a esas voces que surgen del más allá como los pájaros que se pasean por su ventana, al igual que esas imágenes que irrumpen en sus sueños surgen para revelar detalles de un pasado, que como fichas de un rompecabezas aparecen para completar una historia familiar, tan politica como personal.

“Valeria y los pájaros” es una experiencia intimista llevada a cabo por la sublime dirección de Alejandro Giles y la notable interpretación de Pepa Luna, que mediante su carisma y enorme entrega, asentada en la soledad del escenario, desempeña la compleja tarea de interactuar con voces en fuera de campo, de una manera tan espectacular, que por momentos el público que llena la sala del teatro Border puede imaginar que hay varias personas en escena. Reforzado ademas, por el gran trabajo en luces y sonidos que acompañan a la perfección a la protagonista.