La opera prima de Ruthy Pribar, “Asia”, se presenta el 25 de febrero en el marco del Festival de Cine Israelí, “Seret”. Se podrá ver en las salas Cinépolis de Buenos Aires, Mendoza y Rosario y paralelamente de forma online hasta el 3 de marzo desde la pagina del Festival para toda la Argentina.
Asia (Alena Yiv) y Vika (Shira Haas) son madre e hija, inmigrantes rusas que viven en Israel. Asia es una madre soltera de 35 años, que trabaja de enfermera. Por las noches busca refugio en algún bar cercano del hospital, para ahogar sus pesares en el alcohol. Mientras que Vika es una adolescente, hija única, que pasa sus días rodeada de amigos en una pista de skater.
La relación entre ambas, en un principio, se asemeja más a una correspondencia entre compañeras de cuarto, que a la de una correlación familiar. Sin embargo, esta relación se irá transformando con el paso de los minutos, a la vez que en la historia se exponga la enfermedad irremediable que sufre Vika. Una enfermedad muscular degenerativa, que aunque en la película no tiene nombre, se comporta como ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), un padecimiento que con medicación se puede reducir su avance, pero que hoy no tiene cura.
En este sentido, a medida que la salud de la adolescente se deteriora, perdiendo lentamente su movilidad y sus habilidades físicas, madre e hija refuerzan su vínculo, acrecentando una conexión que se volverá más intima, recordando canciones y momentos vividos entre ambas en el pasado. Es aquí, en donde el relato se torna extremadamente sensible y conmovedor, sin la necesidad de caer en golpes bajos, para reflejar un lazo que se vuelve indestructible, ante una lucha contra el dolor producida por la impotencia de un padecimiento irrevocable.
“Asia”, es una película, que se sumerge en un tema inmensamente complejo, sobre un destino irreversible, pero sin caer en escenas que busquen la lágrima fácil del espectador. Un drama sobrio y genuinamente conmovedor, pero sobre todo respetuoso. En donde la realizadora acompaña a los personajes, sin intención de juzgarlos.
Antes de finalizar, es preciso destacar la soberbia interpretación de Shira Haas (Vika). Una actriz que si bien ya demostró su enorme talento en la serie “Poco ortodoxa”, aquí vuelve a lucirse en un papel verdaderamente espinoso. Su trabajo, tanto físico como gestual, en donde debe manifestarse dentro de un cuerpo apresado en un continuo debilitamiento muscular, es absolutamente extraordinario.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Asia y Vika son madre e hija, inmigrantes rusas que viven en Israel. Su relación, un poco distante al inicio del film, tomará un camino de profunda reconciliación e intimidad cuando la salud de Vika empiece a deteriorarse.