“La Visita y Un Jardín Secreto” Crítica.

Esta es la historia de una mujer nos interpela a todas, al igual que su búsqueda y su rabia. Una artista que, contra viento y marea, nunca defraudó sus valores ni sus logros. Ella se llama Isabel Santaló y es quien protagoniza La Visita y Un Jardín Secreto, documental de Irene M. Borrego que se presenta en el marco de la novena edición de Espanoramas, la muestra de cine español en Argentina.

En poco más de una hora, la realizadora emprende una exploración personal y artística mediante el retrato cinematográfico de su tía, la ya mencionada Santaló, que ejerció su actividad entre 1940 y 1970. Al principio se nos muestra a una persona mayor, seria -con rostro cuasi amargado-, sola con su gato Ramsés. Lo único que se escucha es la voz de Antonio López, otro pintor contemporáneo suyo, quien explica lo que recuerda de ella -alguien verdadero y que inspiraba respeto-.

Es muy interesante ver cómo el documental va abriendo por capas la figura de la protagonista: desde cómo la veían sus colegas, su familia, hasta llegar a la voz de Isabel misma y su perspectiva del mundo en el que vive. Y aunque somos testigos de una ínfima parte de su trabajo, al escucharla podemos comprender la pasión, la carrera, los valores, los desafíos y las dificultades de ser mujer, y artista, en plena época franquista. Consejos que tranquilamente los podemos trasladar a nuestra sociedad actual.

Borrego no esconde las huellas de sus dudas, sus procesos y sus miedos; cual soliloquio intenta resolver el enigma de quien en vida fue su tía, una mujer con integridad y valiente con sus ideales. De esas mujeres inolvidables cuya lucha sirve de inspiración a las generaciones venideras.