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Entrevista a Katja Alemann y Juan Carrasco, protagonistas de “La sudestada”

La sudestada, una película de Daniel Casabé y Edgardo Dieleke basada en la novela gráfica homónima de Juan Sáenz Valiente, marca el regreso al cine de Katja Alemann junto a Juan Carrasco. Los protagonistas conversaron con Cine Argentino Hoy y definieron a este film como “un choque de universos entre dos personas que jamás se hubieran sentado a tomar ni un café”. 

-Juan, viendo la historieta de Juan Sáenz Valiente, no se puede pensar en otro actor para hacer el personaje de Jorge Villafañez, un detective privado que sigue los pasos de una famosa coreógrafa de ballet, Elvira Puente.

-Sí, es cierto. Un día me suena el teléfono, miro y tenía 17 llamadas. Todo el mundo me quería contar que Claudio Rissi me estaba buscando. Me comunico con él y me dice que “hay una película que es para vos”. Se la habían ofrecido a él, pero no podía, vio los dibujos y me dijo: “Sos vos, hacela. Habla con los directores”. Así que le agradezco mucho a Claudio que él me vio en la historieta

-¿Te gustan los cómics? 

– (JC) Sí, hace mucho que no lo consumo, pero cuando era más chico sí. Lo que sí me impactó es qué bien se lleva el espíritu de este cómic a la película. 

¿Y vos Katja cómo te sentiste con el proyecto?

– (KA) Yo encantada, la verdad es un personaje soñado que tiene mucho que ver conmigo, además porque es el trabajo creativo, que tiene que ver con lo que uno transita normalmente cuando hace algo, así que para mí fue todo una sustancia cercana.-Podría decirse que la película toca dos aspectos  fundamentales de tu vida: el amor por la naturaleza y la pasión por la danza, que viene en vos desde siempre.

-(KA) Sí, viene desde siempre porque mi papá tenía barco en el Tigre, así que religiosamente, llueve o truene, íbamos todos los domingos, porque había que usar el barco para amortizar el costo. Después, mi hermano compró una isla y ahí empezamos a estar siempre en la isla, y la verdad es que yo soy medio isleña en algún sentido.  No he vivido en la isla, pero es mi lugar en el mundo. Ahora vivo hace un montón ahí, así que amo el Tigre. 

-¿Cómo te llegó el proyecto a vos? En un principio, ¿qué te pareció? Dijiste esto lo tengo que hacer sí o sí

-(KA) Me encantó la historia. Me pareció divino el cuento, justamente, de esta epifanía que tiene este hombre con el arte, porque no se habla nunca de qué es el arte. El otro día pregunté en un programa de tele, qué es el arte y me dijeron que es entretenimiento y no, no es eso. Sí el arte te puede entretener, por supuesto, pero no es el fin de entretener, no es ese justamente el fin del arte, sino transformar, rebelarte algo, que llegues a una emoción nueva, que comprendas algo de la existencia,  esa es la función del arte. Por eso me parecía genial que este cuento en donde el personaje de Juan es un neófito que no entiende un joraca de nada, de golpe se encuentra con otro mundo.

-(JC) Hay un detalle, el tipo es oscuro, es un porteño clásico, bastante inmoral porque hace cosas horribles, pero dibuja bien. 

Me pareció divino el cuento, justamente, de esta epifanía que tiene este hombre con el arte, porque no se habla nunca de qué es el arte“.

-En algún punto se conecta con el arte

– (JC) Claro, el chiste de la película es este choque de universos entre estas dos personas que jamás se hubieran sentado a tomar ni un café, pero de pronto, el film muestra ese choque de universos y yo creo que por ahí también hay algo. 

– (KA) Claro, es que todos tenemos alguna veta artística, o sea creativa quiere decir, no hace falta ser artista, todos nosotros tenemos nuestro Yin y Yang. 

-¿Cómo fue la construcción de sus personajes?

-(JC) Sí, uno tiene el imaginario romántico del detective tomando un whisky en una barra, y este es todo lo contrario. Jorge Villafañez es un porteño, oscuro, retorcido, que tiene un elemento que a mí me encantó de entrada: no fue policía, entonces no arrastra toda esa cosa oscura. Este tipo es un burócrata de este laburo que en sí, no tiene nada de simpático. En la película, un detective de verdad hace un cameo y yo hablé con él y me basé en eso. 

-(KA) Mi personaje está en un estado de angustia, por un lado tiene angustia creativa y por el otro lado se está separando, con lo cual está en una cuestión interna de procesos personales, de tratar de encontrarse. Está consternada, tribulada, nula. Así que armé mi personaje a partir de todo este material que conozco tan bien.

-Al ver la película es inevitable pensar que es tu mundo: la danza, el Tigre y su naturaleza…

-Y la angustia creativa, que la conozco muy bien porque soy muy autocrítica. Una vez que me doy con un caño (risas), me relajo y empiezo a ver lo que está bien.  Entonces, lo que sobrevive a eso, es lo que podes sostener creativamente.

-¿Vos Juan sos también autocrítico con tus trabajos?  

-(JC) Actuar es una técnica y hay que manejarla bien. Cada soporte de actuación tiene su vuelta de tuerca y hay que saber cuáles son los límites de cada uno, no es lo mismo hacer teatro que cine. 

Cada soporte de actuación tiene su vuelta de tuerca y hay que saber cuáles son los límites de cada uno”.

-¿Cómo fue tener dos directores que marquen el paso?

-(JC) En principio asusta porque son dos imaginarios, sin embargo Daniel Casabé y Edgardo Dieleke tienen una armonía entre ellos que es maravillosa. Jamás vivimos una situación entre ellos que nos genere confusión a nosotros. Siempre fueron claros con nosotros. Así que fue entregarme, porque ellos son los que tienen el cuento en la cabeza.     

-Katja vos trabajaste mucho en televisión. ¿Te gustaría hacer alguna ficción en tele? 

– (KA) ¿Existe la televisión? Yo no tengo televisión, y lo que me interesa ver lo miro por Internet. Busco lo que me interesa y veo eso, entonces creo que esta modalidad de buscar lo que te interesa, se impuso a rajatabla. Ya no va la televisión como tal, con un horario determinado que tenes que ver. 

– (JC) El cambio tecnológico es interesante. En la década del ‘40 dónde estaba la ficción popular, en la radioteatro, apareció la tele de aire con la transformación tecnológica y desapareció el radioteatro. Con la tele de aire como soporte de actuación pasa lo mismo, no va a desaparecer porque la tele de aire cumple una función que Internet no, pero ahora con las plataformas vos llegas a tu casa y podes ver una serie de Finlandia. Eso antes no pasaba. 

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Andrea Reyes

Periodista de Cine Argentino Hoy, El Argentino Diario y editora de contenidos del diario Business News.

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