La novela del escritor estadounidense Paul Auster, cobrá vida trás más de treinta años de su úblicación.
En un futuro distópico (pero cada vez menos lejano), Anna – Jazmin Diz – buscará sin cesar a su hermano William, quien desapareció hace mucho tiempo en un país arrazado, colapsado por los desastres ecológicos y socio-políticos de esta nación.
Este largometraje, traerá al público argentino el recuerdo constante de los sucedido en la crisis del 2001 y podría ser hasta pensado como la proyeción de nuestros peores temores en caso de que dicho evento no se hubiese revertido.
Por otro lado, gracias al contexto actual, debido al colapso ambiental global y a la pandemia aún vigente, este escenario apocaliptico, en donde una gran mayoría se encuentra luchando para sobrevivir hasta perder las esperanzas mientras que unos pocos gozan de los privilegios del poder, no nos resulta descabellado y menos aún, lejano.
El film se encuentra en blanco y negro practicamente en su totalidad. Salvo algunos flashbacks en donde el color toma vida. También los escensarios cambian (al tratarse de otro punto geográfico) las vestimentas y las actitudes de los personajes en donde el contraste es innegable demostran que en esta oportunidad si todo tiempo pasado fue mejor, o por lo menos no tan malo.
“El país de las útlimas cosas” es también, una manifestación de esperanza, en donde aún en los momentos más oscuros y pesimistas, el amor, la alegría y la felicidad pueden manifestarse aunque no siempre de la forma que lo esperabamos.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Esta adaptación cinematográfica narra una historía muy conocida para los argentinos, en donde la fotografía el montaje se destacan.