Otro duelo en el cine nacional. A los 88 años, acaba de fallecer la bella y dúctil Inés Moreno, una actriz de larga trayectoria en televisión, cine y teatro, apta tanto para la comedia como para el drama.
Cara bonita, de atractivos ojos negros, gran simpatía y figura exuberante (parecía una Chica Divito por sus impactantes curvas). Su carrera comenzó a fines de los años cincuenta, en breves papeles, y se mantuvo con mayor destaque durante los años sesenta, donde más trabajó, hasta su retiro del medio en los años noventa. Acompañó a los grandes actores de la época y fue dirigida por destacados directores. Movediza, audaz, sexy, tuvo gran participación, en televisión, en ciclos como Ocho estrellas en busca de amor, El hombre que amo, Chiquilina mía y Yolanda Luján.
El cine le dio muchas oportunidades para lucirse como la figura osada en contra de las ingenuas de la época y participó en varios films destacados como El rufián (con impactante desnudo parcial), Los viciosos, Libertad bajo palabra, Don Frutos Gómez, El televisor, Isla brava, Obras maestras del terror, Detrás de un largo muro y Alias Flequillo (haciendo una divertidísima dupla con José Marrone).
También se lució en teatro con variados personajes en Diálogo de carmelitas, Aprobado en castidad, Ejercicio humorístico, Ocho mujeres y Amorina, entre otros trabajos en diferentes medios.
Llevó una vida discreta, lejos de los escándalos habituales de la farándula y se casó con el actor Juan Carlos Barbieri, con quien tuvo una hija: Andrea Barbieri, también actriz. Además tuvo una relación con el periodista Lucho Avilés.
Supo aprovechar la esbeltez de su atractivo cuerpo y pudo demostrar que fue una actriz dispuesta a destacase en cualquier papel, pequeño o de mayor peso artístico.
