En ocho capítulos la serie de Martín Piroyansky se filmó en Montevideo y Buenos Aires, y entre el gran elenco contó con la participación estelar de Susana Giménez. La ficción humorística de este avisado joven realizador, se estrenó el 11 de marzo en la plataforma de Amazon Prime Video. En una entrevista imperdible, Piroyansky, Morandi y Saralegui hablan de sus personajes, los desafíos de filmar en plena pandemia, las anécdotas del rodaje y cómo fue el proceso de incorporar a la diva de los teléfonos a la producción.
-¿Cómo surgió el proyecto de “Porno y Helado”?
Martín Piroyansky – Surge hace muchísimos años a raíz de que vivía con un amigo músico y que él estaba empezando a armar una banda y me gustó la idea. Me la fui apropiando y con los años terminó siendo “Porno y Helado”. Los personajes no son músicos así que lo cambié por otra cosa totalmente distinta.
-Sofi, has participado y ganado el “Bailando por un Sueño”; te hemos visto brillando en el “Kinky Boots”. ¿Cómo te sentís incursionando en el género de la comedia, ser un poco el alma máter (medio mafiosa) de estos dos amigos roqueros que vas en busca de representarlos en esta supuesta banda de Rock and Roll?
Sofía Morandi – Bueno me divertí muchísimo, y siento que fue como un antes y un después porque nunca había hecho algo así, era la primera ficción que hacía. Siento que fui muy afortunada porque tuve la suerte de compartir con Martín, Nacho y todo el elenco. Pegamos mucha onda, nos llevamos súper bien, nos divertimos muchos. Me encantó como ese código, me sentí muy cómoda, y siento que no hay mucho de eso, y siento que tengo ganas de verlo, de que lo vean, y de seguir por ese camino de comedia que me gustó mucho. Me conocí yo un poquito más como actriz.
-Nachito te damos la bienvenida a vos también. Contale al público sobre el estreno de “Porno y Helado” en la plataforma de Amazon Prive Video.
Nachito Saralegui – Su estreno fue el 11 de marzo, así que estamos muy ansiosos. Ya casi un poco más de año que empezamos a rodarla en Uruguay, allá por fines de febrero. Y estamos muy contentos y con mucha expectativa por ver cuál va a ser la reacción del público. La pregunta que nos hacemos los tres es cuál va a ser la devolución del público, saber qué es lo que le gusta.
-Nachito vos sos el cerebro más agudo, el más simpático e inocente, pero el que da el dardo en las situaciones. Me gustaría que cuentes cómo es tu personaje.
N.S. – Ramón es una persona muy dedicada a su trabajo, muy ingenua tal vez, muy sincera, y un amigo de oro, que tiene una lealtad increíble por Pablo, que no se entiende a veces porque lo lleva a veces a hacer todo tipo de locuras, entre ellas, formar una banda de rock sin saber tocar, ni cantar, ni nada. Y es una persona que empieza a tener vínculos sociales que antes sólo tenía con Pablo; comienza a conocer mucha gente y a descubrir esto de que por ahí la sinceridad y honestidad brutal no está tan buena cuando lo hacen con uno. Es un personaje que es bastante retraído, que está bastante sólo, y de repente pasa a relacionarse con un montón de personas. Así que eso está bueno: ver a alguien que no está acostumbrado a tener relaciones normales con personas, que pase de tener un amigo a mil millones de conocidos.
-Martín, ¿cómo vivís el tema de dirigir y actuar al mismo tiempo? ¿Cómo es ese proceso? ¿Se te hace difícil o es algo natural en vos?
M.P. – Lo vengo haciendo hace bastante, pero nunca en un rodaje tan largo. Con lo cual, eso sí fue algo más complicado, me significó mucho cansancio y mucho trabajo del que estaba acostumbrado. Me gusta hacerlo, igualmente prefería las jornadas en que no me tocaba actuar; la pasaba mejor cuando sólo dirigía. Pero igual me gustaba interpretar a Pablo, el personaje que me tocó hacer. Pero sí, sobre todo es muy agotador.
-Me imagino que muy agotador. ¿Cuánto tiempo les demandó el rodaje?
M.P. – El rodaje duró tres meses y hay que sumarle la pre-producción que fueron dos o tres meses, y después la post-producción que fueron cinco meses. Filmamos marzo, abril, mayo y entregué la serie en diciembre.
-Bastante tiempo, y en el marco de la pandemia, así que bienvenido todo este logro. Sofi, ¿cómo fue componer tu personaje de manipuladora o que hace lo que puede con su vida?
S.M. – Me preguntaron si tenía alguna persona así cerca, pero no, me gustaba la idea de la estafadora, de la cara rota, de media arpía y bastante yegua; y fue divertido, porque en eso no se parece en nada a mí, entonces está bueno. Por lo general, los personajes que me tocaron hacer tenían medio cositas mías, pero éste iba por otro lado y me gustó. Sí conozco gente que vos te das cuenta que te está mintiendo, y decís: “No me mientas en la cara”. Bueno, Ceci hace eso, te miente en la cara pero se cree su mentira. Ella cree que pertenece… termina con alguien de una familia de un político y ella se siente parte de ese mundo y no lo es. Como que ella va… y mientras haya guita va por todo. Así que fue divertido.
-Nachito, ¿de qué te agarraste, algún compañero de colegio, de la vida, para componer este personaje que se las trae calladito?
N.S. – Hay algo de ingenuidad y aniñado que ya lo tengo instalado. De la honestidad brutal es algo que yo no tengo, pero ya estaba en el guion y lo fuimos practicando de a poquito y le fuimos agregando cada vez más cosas. Ramón tiene una entonación medio chata, entonces fuimos construyendo con Martín la voz, la postura –medio mirando para abajo como que no le importa casi nada-. Pero sí, creo que fue agarrando algunas cosas mías y otras que directamente del guion y las iba practicando; y le iba poniendo el cuerpo según lo que íbamos practicando con Martín.
-Martín, ¿cómo fue el proceso para que se sumara Susana Giménez? Contale a la gente… ¿Es difícil trabajar con una diva? ¿Cómo se te hizo a vos que sos un realizador avisado pero muy joven, tener a Susana Giménez?
M.P. – La verdad que fue lo más fácil que me tocó hacer. Susana es muy humilde, cero diva, irónicamente todos pensamos que tiene actitud de diva, pero para nada. Es muy buena onda, muy relajada; fue muy fácil trabajar con ella: tanto dirigiéndola, ella estaba muy pendiente de todo lo que yo le decía, esperando que la dirigiera, y fue de escena era un placer conversar con ella, fui a su casa, a la habitación del hotel o el motor-home… siempre estábamos conversando y fue muy sencillo todo.
– ¿En qué lugar de Uruguay cerró la serie Martín?
M.P. – En Montevideo y un poquito en Buenos Aires.
– ¿Y por qué fue la decisión de rodarla en Montevideo, Buenos Aires…?
M.P. – Porque cuando surgió la serie Buenos Aires estaba en cuarentena estricta, era imposible filmar acá y bueno se organizó para filmar en Montevideo y a medida que fuimos filmando en paralelo se empezó a abrir en Buenos Aires y terminamos filmando un poquito acá.
-Sofi, ¿querés contarnos alguna anécdota divertida o no tan divertida del rodaje?
S.M. – No, no, yo me acuerdo de las llamadas telefónicas con Nachito a la habitación… eso fue muy divertido. La experiencia de estar tres o cuatro meses entre todos en el hotel fue muy gracioso. Era como un viaje de egresados. Me acuerdo que a Nachito le tocó hacer una cuarentena y yo decía: “No llega a terminarla y se va a quedar ahí…” Estaba muy mal él con el tema de la cuarentena; había tenido un contacto estrecho y bueno, los riesgos de grabar en cuarentena; y era otro Nacho. Y después muchas tentadas grabando también; Santiago Talledo que interpreta a Segundo estuvo tentado treinta minutos… Los camarógrafos se querían ir, nos odiaron.
– Y ahora le voy a preguntar a Nachito si se acuerda de alguna anécdota y cómo es trabajar con Martín. Ustedes tienen poca distancia generacional, son muy jóvenes los tres… Él no te escucha…
N.S. – No, fue una experiencia hermosa, y siempre agradecido a la oportunidad. Yo creo que no es fácil para un director, jugársela de traer chicos nuevos o que vengan de las redes, y jugársela a apostar en cine o televisión, creo que es algo muy meritorio. A mí me cambia la carrera, porque es una oportunidad que no me la había dado nadie antes, por distintos motivos, por distintas razones; yo hice muchos castings y nunca había quedado en nada, y para mí es muy meritorio dar esa oportunidad y por eso tratamos de responder al cien por ciento, y con esfuerzo y tratando de hacer lo mejor posible. Así que nada, muy agradecido y fue muy fácil trabajar. Y anécdota… una tarde en el hotel se ve que se olvidaron de encender el extractor en la cocina y se ve que sonaron las alarmas de incendio y terminamos bajando corriendo… salí totalmente fuera de sí y decía: “¿Dónde están los chicos, qué pasó?”; y cuando salí me di cuenta que era una falsa alarma y yo ya había roto toda la puerta del hotel que por suerte no me cobraron, pero ese día me quedó grabado. Con la mezcla de los nervios dije: “No puede ser que esté pasando esto”. Venía de hacer la cuarentena obligatoria y dije: “No puede ser que se prenda fuego el hotel ahora”. Dije: “Tengo que ser yo”… Después nos regalaron un almuerzo. Terminó siendo buena suerte.
– Alerta spoiler: ¿Martín cómo sentís el tema del humor políticamente correcto en una serie que es jugada? ¿Cómo lo puede tomar la gente?
M.P. – Me parece que lo importante es que uno puede ser irreverente sin ofender. Para mí lo relevante es no ofender, no reírse de una discapacidad o de una minoría. Que el chiste no esté ahí justamente, sino en otras cuestiones. Sí, obviamente, en la serie pasan cosas disparatadas, pero nunca el chiste yace en reírse de alguien por una característica que trae o pertenece, todo lo contrario; y si algún personaje en algún momento dice algún comentario desubicado, el universo de la serie le hace notar que está mal lo que está diciendo, porque fingir que no existe gente desubicada es totalmente falso. Entonces me parece que está bueno que los personajes quizás metan la pata y digan cosas que están mal, pero el universo en que sucede la serie está un poquito más evolucionado que el mundo en el que vivimos.
Entrevista: Javier Erlij
Edición periodística: Andrea Reyes
Mirá la entrevista completa por YouTube!!