No existe una religión mejor que la otra y muchas veces no nos damos cuenta que es más lo que nos une que lo que nos separa. El documental de Victoria Ferrari, El Pueblo de Dios, que se estrena el próximo jueves 27 de octubre en el Cine Gaumont, nos muestra un mínimo -pero muy buen- ejemplo de lo anterior.
La cinta de no más de una hora de duración intenta retratar las relaciones entre distintos cultos religiosos de Villa Rosa (Pilar), un barrio popular del conurbano bonaerense: Esta triada la constituyen la Iglesia Católica, una iglesia evangélica y el santuario del “Gauchito” Antonio Gil. A través de un recorrido por las ceremonias de cada espacio religioso y de las voces de quienes dirigen estos espacios, se busca contar cómo viven la fe.
Uno de los grandes puntos a favor es la narrativa del documental y su desarrollo. A través del montaje, la realizadora comienza mostrando cada uno de los cultos sin necesidad de que sus líderes interpelen; y desde ahí toman temas como la política en la religión y la vida en comunidad -o en conflicto- entre las tres. Todo bien delimitado para que ningún argumento se mezcle con otro.
Es una temática muy interesante porque quien mira el film se despoja de los prejuicios; nunca embarra o entroniza a una u otra creencia, muestra objetivamente virtudes y defectos de cada una.
En el Pueblo de Dios es la audiencia quien debe hacer su juicio a partir de su propio bagaje, pero deja muy en claro que lo importante no es el pastor, sino la unión de sus ovejas en pos de un Dios.
Calificación
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
El Pueblo de Dios no entroniza ni embarra a ningún culto religioso, si no que deja que el espectador saque sus propias conclusiones. Muy interesante de ver.