Crítica: El mundo oculto de Sabrina temporada tres

Lenta y con algunos contratiempos, la última temporada de Sabrina a duras penas logra alcanzar la calidad de sus predecesoras

Sobre el final de un caluroso enero en tierras Argentinas, el mundo oculto de sabrina lanzó su tan esperada tercera temporada la cual prometía situaciones y clímax infernalmente geniales, sin embargo el resultado de esta última entrega estuvo bastante lejos de eso. Para empezar Sabrina y compañía debieron aventurarse al infierno para rescatar a el mago caído Nick, mientras tanto en Greendale aparece un nuevo enemigo a enfrentar tanto humanos como brujas, los paganos.

Los ocho episodios de esta tercera temporada redundan constantemente en la pérdida del poder del aquelarre de Sabrina, a causa de su falta de devoción del señor oscuro. Por lo tanto los paganos que en cualquier temporada serían un enemigo pasajero, se convierten en un enorme y denso problema a solucionar, lo cual deja la sensación que esta temporada tuvo más episodios y mucho más largos de lo que la trama podría abarcar satisfactoriamente.

Tanto los enemigos como las soluciones a los problemas de esta temporada son muy anticlimáticos respecto a lo visto anteriormente en la franquicia lo que resulta en un importante bajón de calidad en la experiencia. El empoderamiento femenino de Sabrina que lucía tan imponente y significativo en las primeras temporadas se convierte en un simple recuerdo o en el mejor de los casos en un simple accesorio más en una temporada sin rumbo fijo y con una fotografía e imagen mucho menos cuidada de lo habitual.

Quizás lo menos destacable fueran los enemigos, pero las mini tramas incrustadas entre el lento pero constante avance de los problemas mayores tampoco resultan interesantes. No solo porque de estar en óptimas condiciones las brujas lo solucionarian con un chasquido de los dedos, sino porque además carecen de sentimiento, sino porque la oscuridad característica de esta ficción se lava totalmente. Revelando todo el misterio detrás de la oscuridad profana, y metiéndose con otras oscuridades antiguas e interdimensionales, el mundo oculto de sabrina intentó sostener más de lo que su palma le permite agarrar.

Aun así no todo es malo en esta tercera temporada, varios personajes entrañables aunque faltos de significado tuvieron salida, algunos un poco olvidados como Teo, Harvey e incluso la mismísima Lilith tienen una oportunidad inédita de brillar, lo que sienta las bases junto a un nuevo y poderoso enemigo final que probablemente podamos ver en una cuarta y esperemos más llevadera temporada, con tiempos y clímax más definidos y concretos.

Actuación
Arte
Fotografía
Guion
Música

El concepto es interesante pero mal ejecutado, toda una temporada para solucionar un problema que debería solucionarse en 4 episodios es demasiado. Sin mencionar los giros argumentales tan convenientes que le restan seriedad a la serie.

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Lucas Ritchie

Licenciado en Relaciones Laborales, aficionado a la cultura japonesa, series y anime.

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