El jueves 30 de junio llega a la cartelera argentina “Alicia y el alcalde”, segundo largometraje del director, actor y escritor francés Nicolás Pariser. En donde vuelve a sumergirse en el mundo de la política, como ya lo hiciera en “El gran juego”, su ópera prima.
El alcalde de Lyon Paul Théraneau (Fabrice Luchini) lleva más de treinta años de su vida avocado a la política. La constante presión que le conlleva la toma de decisiones diarias y los discursos que debe ofrecer ante los diversos públicos, tanto en actos inaugurales, como en ceremonias y homenajes, parece haberlo bloqueado mentalmente, al punto de no poder pensar. Paul, se siente extraño y desgastado ante esta situación, justo él, un ex publicista e incansable gestor de nuevos proyectos.
En consecuencia, toma la decisión de contratar a Alice Heinmann (Anaïs Demoustier), una joven filósofa graduada en Oxford, pero sin ningún tipo de experiencia en el campo de la política, con el único objetivo de aportar nuevas ideas. De esta manera, se irá constituyendo una relación de complicidad, mediante las reuniones en oficinas y conversaciones durante los viajes en auto, que proporcionará ciertos intercambios de pensamientos y reflexiones, entre un político agotado y la frescura de una pensadora libre de toda contaminación política.
Es así, que Alice asciende velozmente, en contraste a ese inicio del film en donde se la observa bajar una y otra vez varias escaleras. Ahora, solo sube y comienza a convertirse en la principal persona de confianza para el alcalde. Transformándose en una asistente indispensable y generando a la vez, celos y envidias hacia el resto de los colaboradores, quienes se presentaban como superiores propinando órdenes a la joven filósofa.
En este sentido, el director fija la narrativa del film en las conversaciones, inspirándose en su admirado realizador francés Éric Rohmer, celebre exponente de la Nouvelle vague. Convirtiendo los diálogos, filmados con elevado nivel técnico, en momentos fundamentales para el desarrollo de la historia. Por tanto, el realismo de estos funcionan cómo resortes que provocan las acciones posteriores llevadas a cabo por los distintos personajes.
En definitiva, una película ingeniosa que busca reflejar las tensas relaciones que parecen surgir en el día a día dentro del universo de la política. Exponiendo la visión de profesionales en contraposición con la mirada de aquellas personas que arriban sin experiencia alguna.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
El alcalde de la ciudad de Lyon se encuentra cansado, sin ideas, luego de sus treinta años dedicados a la política. Para enfrentar esta adversidad decide contratar a una joven filósofa. Una relación de complicidad se generará entre ambos, exponiendo sus diversas formas de entender el mundo.