Cobra Kai: Crítica

La serie secuela de la saga Karate Kid aterrizó en la plataforma con sus 2 temporadas a la vez. Al regreso estelar de William Zakba (Johnny Lawrence)y Ralph Macchio (Daniel Larusso), también se suman otros legendarios miembros de la franquicia como Martin Kove en la piel del Sensei John Kreese, quien en el pasado se ha consagrado como el mayor villano en la antología principal. Desde hace unos meses, se supo que los derechos de la serie fueron adquiridos por Netflix con la intención incluida de una tercera temporada luego de que las primeras dos hayan sido una producción original de YouTube Originals.

Conformada por 10 capítulos cada una, ambas temporadas de la serie mantienen un tono ideal para el universo de Karate Kid. No pierde absolutamente para nada el alma de aquellas primeras películas e incluso a la vista de una gran mayoría de seguidores, se considera como la mejor pieza jamás hecha dentro de la saga. El pilar fundamental del proyecto es William Zakba, y eso queda clarísimo desde los primeros instantes. Vemos un desarrollo por parte de su personaje que es, sin ninguna discusión, lo que más atrae del show. Esto además de que está estructurado de una manera perfecta a la hora de hablar del carisma. Se siente muy sencillo desde un primer momento el conectar con todo por lo que atraviesa, y esto facilita totalmente el interés del público por adentrarse en el contexto de la serie.

Cobra Kai se siente como algo innovador todo el tiempo, pero aún así, es importante remarcar que fue inspirada por teorías y comentarios de los fanáticos en torno a la película de 1984. La misma consistía en aclarar que el verdadero “Karate Kid” era en referencia a nada más ni nada menos que Johnny, y no al icónico protagonista que todos conocen; Daniel Larusso. Quien también sería considerado como el bully real.
Durante uno de los capítulos Johnny se encarga de explicar el hilo de esta teoría desde dicho punto de vista, lo que termina resultando como algo válido para una buena parte de la audiencia.

Hablando de cuestiones técnicas, Cobra Kai se gana su prestigio con una producción totalmente de lo más sencilla posible. Lo mejor aparte del elenco, se centra en el guion, ofreciendo un relato balanceado que no se vuelve denso en ningún momento e invita constantemente a seguir. Los diálogos tienen un rol que no debería subestimarse, ya que logra mantener la integridad al cien por ciento de los personajes, ayudando a que estos se mantengan fieles a como fueron concebidos (al menos en estas primeras 2 temporadas).

La vuelta de estos icónicos personajes funciona demasiado bien, posiblemente mejor que en cualquier otra franquicia de los 80’ que hayan intentado hacer lo mismo (Como Rocky con las cintas de Creed, o la nueva trilogía de Star Wars por la mano de Disney). En conclusión, Cobra Kai es una de esas series que deberían ser vistas por todo el mundo. Es disfrutable de pies a cabeza, y eso no la hace perder su excelente calidad para nada, algo que debería ser altamente apreciado en el contexto de series actuales. La tercera temporada ya se encuentra en desarrollo para llegar a la plataforma en 2021.