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La mirada de “Happiland” y “La fachalfarra” por Carlos Abeijon

La sátira social siempre estuvo presente en el teatro argentino y ahora vuelve,con fuerza,en dos propuestas escénicas de reciente rstreno.

Desde los lejanos tiempos de Aristófanes, la farsa siempre ha circulado,con su caricaturización de personajes y situaciones y su picante señalamiento de vicios privados y virtudes públicas para desnudar hipocresías varias en todas las clases sociales,a lo largo de la historia del teatro.

Cultor de la acidez y el desparpajo de este género,tantas veces superficial y divertido,el inefable Alfredo Arias vuelve,en el Teatro San Martín,a arremeter con su sublime obsesión por el peronismo.Después de dirigir Eva Perón, de Copi, en París, en los años sesenta, presentó en nuestro medio, entre otros proyectos amariconados,”Tatuaje” y “Deshonrada”, centradas en las figuras de Miguel de Molina y Fanny Navarro respectivamente.Ahora, en Happyland, la emprende contra la controvertida Isabel Perón(sin dejar de darle con un hacha a Perón ,Evita y López Rega), según el aporte autoral del ingenioso Gonzalo Demaría.

La farsa, según Arias, no tiene límites y denosta hasta el paroxismo(en un momento tan difícil para el país,su gorilismo no hace más que agigantar la grieta) las figuras, queridas o no de la etapa más complicada de la Argentina.

Con un texto de Demaría, sólo gracioso por momentos,que está muy lejos de sus mejores logros y no puede esquivar la influencia de Copi, el impetuoso director consigue un trabajo virtuoso en puesta en escena y el estupendo trabajo de grandes actores, pero conceptualmente vacuo y plagado de agresiones gratuitas y un machismo y misoginia que sorprende dado su gran labor conduciendo mujeres y su empalagosa estética gay (¿era necesario hacerla rapar a Alejandra Radano y por qué ella aceptó tamaño desatino?).En fin, sólo fuego de artificios con sabor a nada.

ENTREVISTA EXCLUSIVA CON LOS PROTAGONISTAS DE “HAPPYLAND”

Por suerte,en un teatro cercano,Andamio 90, el gran teatrista y psicoanalista Alfredo Martín, después de la estupenda “La vida Puerca”, según Arlt,vuelve a sorprender con su creativa puesta de La fachalfarra,acercándose al vitriólico, denso y desmitificador universo del polaco Witold Gombrowicz, una rara avis dentro de la dramaturgia y novelística del siglo XX,al lado de Joyce y Kafka.

Con un brioso grupo de actores,encabezados por el versátil Marcelo Bucossi,y con recursos escénicos austeros,originales y contundentes,Martín hace una reelectura virtuosa de “Ferdydurke”, que Gombrowicz escribió en 1937(luego se radicó durante 23 años en Buenos Aires, consiguiendo furiosos seguidores) y se interna en su universo desmesurado,donde el hombre oculta su hipocresía cambiando máscaras infinitas y las miserias de clase estallan por sus mezquindades y oscuros silencios metafísicos.

Vanguardista,furioso opositor a todo tipo de nacionalismo, profundo observador de la psicología de sus personajes y desmitificador de las miserias humanas, Gombrowicz resplandece en la farsa dignificada por la potencia escénica de Alfredo Martín.Por suerte, el teatro permite reflexionar, disentir y disfrutar de una experiencia única.

ENTREVISTA EXCLUSIVA PARA CINE ARGENTINO CON EL EQUIPO DE “LA FACHALFARRA”

 

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