“Fantasma vuelve al pueblo” de Augusto González Polo. Crítica

Un largo camino a casa

Tras el estreno de “Selva” de Iñaki Echeberría la semana anterior bajo la modalidad de “Jueves Estrenos” de Cine.ar, ahora es el turno de otro misionero, Augusto González Polo quien estrena “FANTASMA VUELVE AL PUEBLO” otras de las muestras de cine federal que presenta la plataforma de cine nacional.

Augusto González Polo se encuentra trabajando activamente en todos los movimientos del sector audiovisual de la provincia y ha logrado formar la Red de Realizadores y participar del Festival de Oberá con lo cual su película se encuentra claramente atravesada por una geografía bien conocida por el realizador, tanto para la construcción del tema, como la de sus personajes y de las cosas que suceden aun cuando no hablan, el lenguaje particular con el que cada pueblo se expresa, en sus costumbres, en su idiosincrasia, en su forma de ver su propia realidad, siendo un personaje más dentro de la película.

 “FANTASMA VUELVE AL PUEBLO” ya desde su título traza un doble recorrido: el de una nueva visión de la “parábola del hijo pródigo”, que regresa a su lugar de origen después de un largo tiempo que hace que ciertas situaciones se encuentren modificadas al momento de su llegada y además, desde el apodo de su protagonista, se lo denota como una presencia fantasmal que deberá ir ganando cuerpo a medida que se vaya asentando en esta nueva etapa.

Toda la acción de la historia transcurre entre Navidad y Año Nuevo, en esos días tan particulares en donde el pueblo –Aristóbulo del Valle, pueblo misionero de donde es oriundo el director- late de una forma diferente por lo que nuestro protagonista Demóstenes / Fantasma, se irá cruzando con diversos personajes y a medida que vaya respondiente ciertas preguntas que surge sobre su vida en la ciudad, deberá hacerse cargo de ciertos fracasos respecto de su carrera universitaria que ha abandonado además de su actual falta de trabajo, un regreso sin gloria. ¿Es entonces un buen momento para volver al pueblo? Fantasma parece deambular sin un objetivo, ha llegado al pueblo sin una razón potente ni un plan buscando de alguna manera “hacer pie” en sus raíces, en las cosas que dejó pendiente, en encontrar allí alguna posibilidad laboral y poder anclar por un tiempo y ordenar sus sentimientos..

Su amigo de la adolescencia, Luis Miguel es ahora dueño de dos maxikioscos, ha progresado económicamente y justamente en ese vínculo se ve la clara diferencia que ha surgido con el tiempo. Ahora como “empresario”, le ofrecerá un trabajo a Fantasma, generándose una nueva relación que ahora está atravesada por un vínculo laboral, del que González Polo se sirve para poder tratar el tema de los derechos laborales y las relaciones de trabajo con varios personajes que se muestran en función a este tema.

Más allá de ser un verdadero conocedor de la vida del pueblo que se traduce en los elementos que ha aportado al guion –con un talentoso script doctor como el cineasta Che Sandoval- , marcando la cadencia, los personajes típicos, los diálogos llenos de modismos que permiten sumergirnos fácilmente en la vida pueblerina y dándole importancia a las costumbres, González Polo logra plasmar en su historia el ritmo propio de la vida en provincia y ciertos rituales que se ponen en juego cuando Luis Miguel le otorgue a Fantasma una de sus primeras tareas: conseguir un cerdo para la cena de fin de año.  

El problema con el que debe enfrentarse el guion es una narración episódica a través de estos encuentros del protagonista con otros pobladores, muchos de ellos en sintonía con este retrato marcado por la cotidianeidad del pueblo pero que no aportan dentro de la dramaturgia para la construcción de un  in crescendo necesario como para que la historia crezca. Frente a cada uno de los encuentros, se hacen presentes los cambios (o no) acontecidos y la sensación de extranjero en su propio pueblo que atraviesa al personaje central.

Pero el desarrollo de la historia que no logra escapar demasiado de ese retrato pueblerino marcado por una serie interesante de viñetas a través de los diferentes personajes junto a esa sensación de no pertenencia que atraviesa a Demóstenes / Fantasma, pero no puede ir más allá de esto y plantear un nudo dramático que pueda desarrollar en paralelo cuando aparentemente, por ciertas situaciones, intentaría abrir nuevas situaciones, que finalmente no se desarrollan.

FANTASMA VUELVE AL PUEBLO” cuenta con el actor uruguayo Alfonso Tort en el papel protagónico (a quien conocemos por “Las Olas” de Adrián Biniez o por “La noche de 12 años” y que hemos tenido oportunidad de ver en los escenarios porteños en la obra teatral de Sergio Blanco “Cuando pases sobre mi tumba” presentada en el último FIDBA), quien le aporta una presencia justa para la historia que se quiere contar. Con el physique du rol perfecto para esta especie de adolescente tardío que no ha terminado de madurar y de asumir su posición en la vida, que parece no tener fuerzas para tomar las riendas de sus actos, para salir adelante y definir lo que quiere, Tort vuelve a entregar un trabajo preciso y se transforma en uno de los puntos fuertes de la película.

El pasado, la memoria, las raíces familiares, los amores olvidados y los lazos familiares, son algunos de los otros temas que recorre tangencialmente González Polo en un retrato que plantea un punto de inflexión para que Demóstenes deje de ser un fantasma de su propia vida y pueda comenzar a construir un presente diferente, asumiendo el camino recorrido y pudiendo mirar hacia adelante.

Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Guion
Actuación

El pasado, la memoria, las raíces familiares, los amores olvidados y los lazos familiares, son algunos de los otros temas que recorre "FANTASMA VUELVE AL PUEBLO" en un retrato que plantea un punto de inflexión para que el protagonista, en su regreso al pueblo de origen, pueda comenzar a construir un presente diferente.

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