Diez años de impunidad y complicidad institucional. Crítica de “¿Quién mató a mi hermano?” de Ana Fraile y Lucas Scavino.

Si hay un crimen que goza de una impunidad indignante, ese es el del joven Luciano Arruga. Uno no toma dimensión, ni reflexiona sobre la gravedad institucional que existe alrededor de semejante hecho. Para refrescar un poco lo sucedido es necesario saber que Luciano era un joven de 16 años que vivía en Lomas del Mirador. Un joven de condición humilde que  recibía reiterados aprietes por parte de la policía bonaerense para que realice “robos para la corona”. El se negaba a llevar cabo esos ilícitos, hasta que una vez  fue acusado de robo y detenido en forma ilegal, incumpliendo con las normas que lo protegían por ser menor de edad. En la comisaría fue torturado por horas, para luego ser dejado en libertad. Una vez afuera y antes de realizar la denuncia formal de dicha situación, fue abordado por un patrullero de la policía bonaerense que lo vevantó en la esquina de su barrio. esa fue la última vez que se lo vió con vida. Luego de ese 31 de enero de 2009, su hermana comenzó su búsqueda ante las trabas que le ponían desde un entramado policial, judicial y político, que trataba de encubrir el caso. En el año 2014, sus restos fueron encontrados en el Cementerio de la Chacarita enterrado como NN, luego de ser atropellado por un automóvil tras ser liberado en la Avda Gral Paz.

El documental abre con el testimonio de Vanesa en el juicio realizado en el año 2015 contra el policía Torales por torturas hacia Luciano, quien fue severamente golpeado en el año 2008 en el destacamento policial de Lomas del Mirador, creado para brindar seguridad al barrio acomodado de la zona. Por esta causa el policía fue condenado a 10 años de prisión. Luego de ese desgarrador testimonio veremos como Vanesa se convierte en el motor principal, sobre el cual gira el documental. Pero ella no está sola, vecinos, familiares y amigos del barrio se unirán a ella. También las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Somos testigos de la lucha de Vanesa, bregando ante el fiscal, los jueces y funcionarios políticos en alianza con organizaciones de Derechos Humanos (donde Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas hacen acto de presencia) e incluso ante la sede en la ONU en Suiza, para obtener respuestas en este caso de violencia institucional.

El documental no solo muestra la lucha de ellos sino que deja al descubierto la soledad en la que se encuentran los sectores populares ante la violencia institucional,  que desnuda lo peor de la policía bonaerense y de una sociedad que suele mirar para para otro lado. También pone al descubierto una justicia y un sistema político que no da respuesta ni protege a las personas en situación de vulneravilidad, cuyos derechos civiles son pisoteados constantemente. Una justicia que solo responde a la requisitoria de las clases más altas y deja desprotegidos a las clases más bajas, sobre todo los pibes. 

En momentos donde la doctrina del gatillo fácil se vocifera desde la cúpula gubernamental, la lucha contra la naturalización de estos crímenes es imperante desde todos los sectores. Es por eso que este documental es imprescindible para poner al descubierto la lucha por lograr que eso no suceda. “¿Quién mató a mi hermano?” es un grito de guerrra que interpela al espectador. Una pregunta que diez años después de sucedido aún no tiene respuesta. Pero que no debe cerrarse en el simple hecho del nombre propio de Luciano Arruga, sino también en nombre de todos los jóvenes en permanente estado de vulnerabilidad.

Puntaje: 80/100.

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