La película “Crónicas de una tormenta” de Mariana Barassiobra, está basada en la obra de teatro “Testosterona”, de la autora Sabina Berman. El film abre las puestas al mundo del periodismo, el cual ha sufrido pérdida de valores y cambios en su funcionamiento.
Antonio (Ernesto Alterio) es el director de un periódico aunque pronto se retirará y dejará su puesto vacante, por eso debe buscar a alguien que resulte tan eficaz como él en el cargo. Entre sus opciones se encuentra Maca (Clara Lago), subdirectora de la redacción, fundamentalista de la ética profesional que hará lo posible para que el diario no caiga en manos de su competencia dentro de la editorial, quien es otra de las opciones directas, Vargas (Quique Fernández).

¿Qué tan lejos se puede llegar para conseguir lo que uno quiere? ¿Qué tan rápido la ética se puede volver manipulación y volcarse a la constante extorsión? ¿Qué tan diminuta sigue resultando la imagen femenina para no satisfacer a ocupar jerárquicos puestos?
Todo el filme tiene como locación el edificio del periódico; recorriendo despachos y áreas de redacción, estacionamientos y salas de pre-impresión más rotativas. Tan exquisita es la sencillez que plasma, que uno puede imaginarse las máquinas operando, el olor a periódico y el ruido de los cientos de ejemplares que luego saldrán camino a la calle para las tiradas. También se insiste y subraya una incesante defensa por la prensa a papel, que se separa de otras formas y no gira en la órbita de las fakenews.

Justo en Nochebuena, todo el personal había abandonado el edificio dispuesto a disfrutar en familia la celebración, mientras que Maca y Antonio frente a una gran tormenta que se desato, permanecieron -sin tener otra opción– en el lugar. En esas largas horas que transcurren Maca se entera del proceso de selección que Antonio mantiene en vista de delegar su despacho a otro director, que solo él tendrá la opción de elegir. Pero, ¿es Maca la mejor opción o tiene secretos que serán mal vistos frente a la junta directiva? Todas esas son cuestiones que a Antonio le preocupan, por eso se propone conocer a fondo ciertos recovecos de una subdirectora que, por más que llevaba años a la par de él, no sabía comprender del todo.
El trasfondo está marcado de manera tan clara que pela chispas; vaya crisis sufre el periodismo en la actualidad, entre formas de hacerlo y manifestarlo, en sus diversos modos de desenvolverse dentro de cualquier medio. Como existe una ley de la selva, según este filme, también hay una en el periodismo y es que nadie está exento de mantener relaciones de poder. Un plus total mediante la capacidad de Mariana Barassi, la directora, quien ha abierto las puestas de las destrezas y las miserias del periodismo.

De “soberbia” se puede definir la actuación de Ernesto Alterio, quien se muestra empeñado en caracterizar de la forma más acertada a los personajes que le tocan interpretar desde su mirada, su voz y su lenguaje corporal. Aunque sí es verdad que en esta oportunidad su aspecto desfachatado y desprolijo no era algo que sumaba, todo lo contrario, era fastidioso.

Clara Lago (Maca), por su lado, caracteriza de manera excepcional a una profesional que muestra el incentivo intacto de seguir creyendo o tratando de reconstruir eso que delante de sus ojos se cae a pedazos. Bien por la huella que deja estampada caracterizando a aquellos que ven el periodismo como la profesión noble que supo ser, sin los intereses de por medio, con el trabajo en equipo y sin la presencia autoritaria de gritos extorsivos. También de que nadie pisoteará su presencia y su cualidad de capaz por el simple hecho de ser mujer, alzando la voz de un problema con el que se ha dado – y se continúa dando– batalla.

Vargas tiene pocos minutos en escena, pero bastaron para denotar a través de su aspecto la pérdida de valores cuando se corre desesperadamente detrás del poder, que se verá si juega a su favor o no.
Los diálogos contienen bastas críticas a las noticias de espectáculos, pero al mismo tiempo hacen uso en muchos momentos/escenas de la esencia de los mismos, o es la intención el mostrar y ejemplificar rasgos de ellos, o de lo contrario, cayeron en la trampa.
La atmósfera periodística traza el punto de partida y su final, aunque con astucia halla trampas que hagan sospechar ciertos giros en la historia. Luego de esa noche la vida de Antonio y Maca cambiará, haciéndolos tomar posiciones claves y caminos idóneos.

Calificación
Actuación
Arte
Fotografía
Guion
Música
El film logra convencer abriendo las puestas del mundo del periodismo que ha sufrido pérdida de valores y cambios en su funcionamiento.